La fachada de dinero, joyas y automóviles de los urbanitas dominicanos

En la música urbana, es común ver a sus protagonistas exhibiendo grandes sumas de dinero, joyas, autos de alta gama y mansiones en sus redes. Es algo natural y frecuente en cantantes, raperos, dembowseros y productores.

En República Dominicana, Conscious Pencil es el primero en emular este comportamiento que nace en los raperos norteamericanos. En años pasados, era normal ver a la dominicana en videos de YouTube presumiendo sumas considerables de dinero

También figuras como El Mayor y Shelow Shaq mostraron no solo joyas y vehículos, sino también mansiones de más de 30 millones de pesos. Y por no hablar del merenguero Omega, que no pierde la oportunidad de mostrar sus lujos.

En los últimos días se ha hablado mucho en las redes sociales sobre unas fotos de Enmanuel Herrera «El Alfa», en las que se le muestra, como es habitual, al frente.

En esta ocasión El Alfa lo hizo con 160.000 dólares, afirmando que se trata del pago del 50% de uno de sus espectáculos en Estados Unidos, revelando de esta forma excéntrica que cobra la exorbitante suma de 320.000 dólares.

De forma muy inteligente, El Alfa acompaña este frente con un mensaje de mejora: «Motívate, tú también puedes».

Sin embargo, quienes no solo se concentran en el ritmo de sus canciones y prestan atención a los poquísimos y repetitivos contenidos de sus letras, saben que esta es una de las otras formas en que el intérprete de “Curazao” vive restregándolo en el cara de sus compañeros dominicanos que están por encima de ellos. Lo hace con frecuencia y no hay escenario o momento que no aproveche para hacerlo.

En la cultura hip-hop hay muchos casos. Además, no hay un solo rapero norteamericano que no se haya jactado jamás de sus riquezas, porque hay un público que clama por este tipo de comportamientos, y aunque muchos creen que esta es una parte fundamental y única de la música urbana, Esto no es así.

Del mismo modo, los artistas estadounidenses que exhiben este comportamiento comparten el mismo perfil, la misma ignorancia, falta de educación y baja autoestima.

Lo que evidencia a todo el que tiene este comportamiento es su deseo de gritarle al mundo que se ha superado a sí mismo, que ya no es ese pobre joven con talento, ese soñador, ese que fue despreciado y que hoy es tema de conversación en los medios de comunicación.

Fuente externa .

Fuente