Cristina Saralegui: lista para lo que venga


 

Como ya es costumbre, Cristina Saralegui recibió una llamada de su amigo del alma Emilio Estefan en enero, pero en esta ocasión no la buscaba para preguntar qué estaba haciendo o cómo estaba la familia.


 «Me dijo: ‘Oye, tú, me acabo de vacunar [contra la COVID-19]’. Y yo le dije: ‘No, yo no me voy a vacunar’. Y me dijo: ‘¿Por qué? No seas estúpida, tú que eres tan inteligente, ¡qué es esto!’ «, recuerda Saralegui de la conversación que tuvo con el cubano. «No quería ponerme la vacuna por meterme en todos los websites de noticias, por estar creyéndole al presidente de turno, por estar de boba». Y agrega: «Debería de haber investigado mejor. Si Emilito no me saca de los pelos de mi casa no me inyecto».


El empresario musical —junto con su esposa Gloria Estefan y su sobrina Lili Estefan— está entre las amistades verdaderas que Saralegui conservó tras salir de la cadena Univision hace una década.


 «Tú sabes que en la vida hay química con una gente [y] no hay química con otra. Hoy que llevo tanto tiempo sin trabajar, prefiero [hablarte] de las personas que todavía están en mi vida, que todavía adoro», comenta la cubana de personas como los actores César Evora y Fernando Colunga, la periodista María Antonieta Collins y la familia Quintanilla, entre otros. «No fue como que te botan del trabajo y te vas del trabajo y se fueron. No, ellos están ahí siempre».


También su compañero por treinta y siete años, Marcos Ávila, sus tres hijos Jon, Cristina y Stephanie —hija de Ávila— y sus cuatro nietos. «Son casi diez años que no estoy en la televisión. Lo más importante que considero en estos 73 años de vida que acabo de cumplir es que tienes que terminar las cosas igual de bien que las empezaste», dice la periodista, quien cuida rigurosamente su salud tras su diagnóstico de ataxia, un trastorno que causa, entre otros males, falta de equilibrio y caídas. 


«Me puse viejita, tengo una artritis que no puedo con mi vida», ríe Saralegui. A lo que agrega: «En esta vida lo que hay que tener es calidad de vida. Si no tienes calidad de vida, por lo menos atrévete a tratar».



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