¿Qué pasaría si no cambiáramos la hora? Las razones del cambio al horario de invierno


La madrugada del próximo 30 de octubre tendremos que volver a cambiar la hora ya que llega el horario de invierno pero, ¿Qué pasaría si no cambiáramos la hora? Analizamos cómo nos afectaría quedarnos como estamos en el horario de verano y qué razones existen para el cambio de hora al horario de invierno.

¿Qué pasaría si no cambiáramos la hora? Las razones del cambio al horario de invierno

El cambio de hora que realizaremos en la madrugada del 30 al 31 de octubre, nos hará atrasar el reloj de las 03:00 a las 02:00 horas, algo que nos servirá no solo para dormir una hora más ese día, sino para que en teoría poder ahorrar algo más de luz, teniendo en cuenta que si ahora notamos que amanece en torno a las 08:00 horas, veremos como amanece a las 07:00 horas, pero también anochecerá una hora después.

¿Pero qué pasaría si dejáramos la hora como está? Fue en el año 2018 cuando la Comisión Europea lanzó una encuesta pública sobre la efectividad del horario de verano, que por convención todos los países europeos adoptan desde finales de marzo hasta finales de octubre.

El motivo de aquella encuesta se basó en la discusión que se genera cada año en torno a sí son reales los beneficios energéticos que se dicen en torno al cambio de hora, que por otro lado parece generar también trastornos psicofísicos dado que nuestro cuerpo se debe acostumbrar a que los días sean más cortos o también como en verano que debemos acostumbrarnos a que sea de noche por las mañanas, mientras que haya más luz por la noche.

Por lo tanto, la encuesta fue una oportunidad para expresar la opinión de cada país, que fue realizada por 4,6 millones de europeos. El resultado fue que la mayoría de los participantes estaban en contra de mantener el cambio de hora. Las formas de eliminar el cambio de hora podrían ser dos, quedarse en el horario de verano o en el de invierno.

A pesar de esa votación y de que en 2019 se solicitara a los países de la UE que dieran una respuesta para poder decidir en qué horario querían quedarse, la pandemia por coronavirus obligó a que todo se retrasara y que por el momento mantengamos el cambio de hora a la espera de que se implemente de una vez por todas el que nos vamos a quedar en un solo horario que por lo visto será el de verano, si bien varias encuestas realizadas en nuestro país, han dado como resultado el que la mayoría de los ciudadanos prefieren este horario.

Más luz por la tarde

Entonces, si nos quedáramos en el horario de verano y el próximo 30 de octubre no cambiáramos la hora disfrutaríamos de una hora extra de luz por la noche, sin duda una ventaja en los días cortos de invierno. En los días más cortos, los cercanos al solsticio de invierno, en Madrid y Barcelona, por ejemplo, con la hora solar, el sol se pone alrededor de las 16:40 horas. Adoptando el horario de verano se ganaría una hora, a las 17:40, y gracias al crepúsculo en los días más despejados sería posible tener luz hasta alrededor de las 18:10 horas.

Por la mañana, las actividades comenzarían en la oscuridad

La situación es diferente por la mañana, extendiendo el horario de verano algunas áreas de España en los días más cortos correrían el riesgo de estar oscuras hasta prácticamente las 10:00 horas.

En Madrid, a finales de diciembre saldría el sol, con horario de verano, alrededor de las 9:01-9:03, por tanto, dependiendo de las condiciones meteorológicas, la oscuridad dominaría hasta las 8:30 horas en los días más despejados, pero con niebla o nubes densas incluso hasta alrededor de las 9:30 . Por lo tanto, iríamos a trabajar o a la escuela cuando todavía está oscuro y hace frío. La situación en el sur sin embargo sería algo mejor, donde por razones astronómicas en diciembre el amanecer se produce aproximadamente media hora antes que en el norte.

¿Y las consecuencias del clima?

Evidentemente no habría consecuencias directas desde el punto de vista meteorológico, sino indirectas . De hecho, las temperaturas mínimas suelen darse poco después del amanecer, por lo que nos encontraríamos saliendo de casa y entrando en la escuela u oficina en el momento del frío más intenso. El tráfico también podría verse afectado, ya que las heladas nocturnas con el alargamiento de las horas podrían durar hasta bien entrada la mañana.



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