¿Por qué las monedas de 25 pesetas tenían agujero?


El pasado 30 de junio, el Banco de España dejó de recibir pesetas a cambio de euros como último día para el cambio desde que en el año 2002 la moneda única europea entrase en circulación. Definitivamente aquí, las pesetas, tan queridas por muchas generaciones, pasaron a la historia de España y de la numismática de nuestro país.

Y es que ‘la rubia’ estuvo presente durante muchos años en España y conocimos muchos tipos de monedas diferentes. Fue el caso de una de las últimas en introducirse antes del cambio al euro: la de 25 pesetas con agujero en el medio.

Antes siempre habíamos conocido la moneda de plata de 25 pesetas hasta que en 1990 se estableció el llamado ‘cono monetario’. Esto vino a cambiar el valor de cada moneda adoptándose, tal y como ocurre ahora mismo con las monedas de euro, la de menor valor sería más pequeña y conforme más valor, la moneda sería más grande.

Por esto comenzaron a fabricarse monedas de 25 pesetas más pequeñas y con un agujero en el centro. Pero, ¿a qué se debía que tuvieran este agujero en medio?.

Un homenaje

La razón de que la moneda de 25 pesetas llevase un agujero en el centro la encontramos viajando en el tiempo hasta 1927. En esa época, en España existía una moneda de 25 céntimos, que fue la primera en tener agujero en el centro. Por lo tanto, la aparición de la moneda de 25 pesetas fue todo un homenaje a la moneda pionera del año 27.

¿Cómo se hacía el agujero?

Según explica Alfonso Morales Muñoz, experto en grabación y profesor, en palabras para El Confidencial, la moneda de 25 pesetas se acuñaba con dos troqueles y un cospel. Esto quiere decir que primer se hacía el agujero en la moneda y después se acuñaba convenientemente.

La moneda de 25 pesetas con agujero en el centro no es la única moneda de estas características. Según historiadores y expertos en numismática, desde la Dinastía Quing en China, la Alemania de Hitler, en Grecia o países como Fiji o Japón, han tenido monedas con agujeros en el centro.

Normalmente a la hora de diseñar una moneda se parte de un tema que suele guardar relación con una conmemoración o aniversario, tal y como ocurrió en 1990 con la de 25 pesetas.

 





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