La razón por la que el vino se sirve en copa


El vino es una de las bebidas que más se suelen disfrutar ya sea que se tome sólo o también como maridaje de los principales platos. Una copa de vino es todo un placer para los sentidos, pero ¿alguna vez te has preguntado por qué se bebe en este tipo de vaso o recipiente? Descubre ahora la razón por la que el vino se sirve en copa. 

¿Por qué el vino se sirve en copa?

Beber vino implica tomarlo en copa. Puede que ante la ausencia de esta no te quede otra que beberlo en vaso, pero enseguida te darás cuenta que el sabor cambia completamente. De hecho, el vino siempre se debe beber en copa ya que sin importar si es tinto o blanco, tiene entre 400 y 500 sustancias volátiles y aromáticas que se podrían perder en al aire si lo tomamos en cualquier otro recipiente. Todo un error ya que no nos permitiría poder descubrir bien todo el sabor, aroma y notas de la bebida.

Por otro lado, piensa que las copas de vino suelen ser bastante amplias, lo que hace que sea posible que podamos mover el vino para después olerlo. ¿Por qué se hace esto? Pues precisamente para lo mencionado con respecto a esas sustancias volátiles y aromáticas, dado que estas se moverán y sin que salgan de la copa podremos apreciar todas las características del vino que estemos a punto de beber.

Es más, nunca se debe llenar la copa hasta arriba. Al no hacerlo se consigue crear una «cámara» aromática que se genera cuando se mueve antes de probarlo.

Una copa para cada vino

Ahora ya sabes por qué el vino se toma en copa, pero ¿sabes además que cada vino debe servirse en un tipo especial de copa?. Por ello, si eres amante de esta bebida y deseas respetar las normas de servicio más minuciosas, conviene disponer de una colección de copas con las formas más variadas .

Has de saber que a medida que cambia la forma, cambian las sensaciones olfativas, gustativas y retronasales. Así, la elección de la copa se convierte en una parte importante de la degustación.

Te adelantamos que las reglas mencionadas no son fijas, pero queremos darte algunos consejos para guiarte en la elección más adecuada.

  • Las copas de colores están prohibidas : la degustación comienza con los ojos, por lo que la transparencia del cristal es imprescindible. Su brillo realza los reflejos del vino y permite captar todos sus matices.
  • Las copas de cata deben tener tallos : el contacto entre las manos y la copa alteraría la temperatura del vino.
  • Sirve, pero con moderación: no llenes una copa a más de un tercio de su capacidad , de esta manera tendrás todo el espacio que necesitas para revolver el vino, ¡sin causar desastres!
  • Una copa grande, pero que se estrecha ligeramente hacia la parte superior, permite una mejor concentración de aromas en los vinos blancos .
  • Las copas grandes y barrigonas, además de facilitar el movimiento giratorio de la copa para oxigenar el vino, permiten captar mejor el bouquet en los grandes vinos tintos .
  • A los vinos dulces le van mejor las copas pequeñas que se estrechan hacia arriba para conservar mejor los aromas.
  • Para los vinos espumosos , como ya sabrás, la copa ideal es la copa más estrecha.  Este tipo de copa permite apreciar el desarrollo y la finura del champán, y como no, «retiene» mejor sus famosas burbujas.



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