Frases de Fernando Pessoa


Poeta y escritor portugués, fue reconocido por su cantidad de obras y textos. Con las frases de Fernando Pessoa aprenderemos sobre diversidad de temas y veremos sus reflexiones que no podemos perdernos. Cuando murió a los 47 años todavía estaba escribiendo obra inédita. Si lo quieres conocer mejor aquí tienes sus frases señaladas que son enseñanzas de su vida.

Pudo disfrutar del éxito en persona si bien como murió joven todavía le quedaba mucho camino por recorrer.

Ver y escuchar son las únicas cosas nobles que contiene la vida. Los otros sentidos son plebeyos y carnales. La única aristocracia es nunca tocar.

La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar, lo que conviene a la buena higiene del espíritu.

Adoramos la perfección porque no podemos poseerla; nos repugnaría si la poseyéramos. Lo perfecto es inhumano, porque lo humano es imperfecto.

Tengo pensamientos que, si pudiese revelarlos y hacerlos vivir, agregarían nueva luminosidad a las estrellas, nueva belleza al mundo y mayor amor al corazón de los hombres.

Algunos tienen un gran sueño en la vida y les falta ese sueño. Otros no tienen sueños en sus vidas y también les falta este. Son frases de Fernando Pessoa.

Nunca sabemos cuando somos sinceros y tal vez nunca lo seamos. Y aunque fuésemos hoy sinceros, mañana podremos serlo ante una causa contraria…

Nunca amamos a nadie. Amamos, solamente, a la idea que nos hacemos de alguien. Es a un concepto nuestro -en suma, a nosotros mismos- a lo que amamos.

Nací en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían de dejado de creer en Dios por la misma razón que sus mayores habían creído en Él: sin saber por qué.

Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo si lo que quiero decirte es que te amo?

Creo que decir una cosa significa conservarle la virtud y despojarla del terror. Los campos son más verdes en el decirlos que en su verdor. Las flores, si se describen con frases que las definan en el aire de la imaginación, tendrán colores de una permanencia que la vida celular no permite.

Para comprender, me destruí. Comprender es olvidarse de amar. No conozco nada más al mismo tiempo falso y significativo que aquel dicho de Leonardo da Vinci de que no se puede amar u odiar una cosa sino después de haberla comprendido. «Libro del desasosiego» (1982)



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