Este pueblo está en Cuenca y alberga una gran historia medieval


Ubicada en el corazón de la Alcarria conquense, Valdeolivas es un auténtico tesoro románico que cautiva a los visitantes con su encanto medieval. Rodeada de extensos campos de olivos, este pintoresco municipio es famoso por su monumental iglesia, considerada uno de los tesoros arquitectónicos más destacados de la provincia de Cuenca y protegida como Bien de Interés Cultural.

Explorar el casco urbano de Valdeolivas es sumergirse en un viaje en el tiempo hasta la Edad Media, donde las casas con soportales y blasonadas, especialmente en la Plaza Vieja, evocan la esencia medieval que aún se respira en sus calles. El principal atractivo de la localidad es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Este templo, construido entre los siglos XII y XIII, presenta una nave principal que culmina en un ábside semicircular, resguardado bajo una bóveda adornada con la magnífica pintura del Pantocrátor y los Apóstoles. Pero su majestuosidad no se limita solo a su interior; la torre, de planta cuadrada y compuesta por cinco cuerpos, se alza orgullosa como testigo de la historia de Valdeolivas.

El pueblo de Cuenca que te transportará a la Edad Media

A unos 72 kilómetros al este de la capital de la provincia de Cuenca se encuentra Valdeolivas, un encantador municipio situado en la región de la Alcarria conquense. Rodeado por olivares que han sido su sello distintivo a lo largo de los siglos, este pueblo conserva aún la autenticidad de su historia y el legado cultural que lo define.

El aceite de oliva, obtenido de la variedad verdeja cultivada en la zona, es uno de los productos más emblemáticos de Valdeolivas y ha contribuido en gran medida a su reconocimiento. Pero más allá de su producción agrícola, este municipio ofrece un rico patrimonio artístico y cultural que lo convierte en un destino imprescindible para los viajeros ávidos de descubrir la historia y la tradición de la región.

Qué ver

El casco urbano de Valdeoliva se caracteriza por sus calles de trazado medieval y aspecto popular, con casas señoriales adornadas con escudos y detalles de sillería. Dos plazas principales articulan el conjunto urbano, mientras que en los extremos del pueblo se conservan restos de antiguas murallas y un calvario que marca el final del Vía-Crucis del Viernes Santo.

Destacan los antiguos molinos de sillería en el extremo occidental del pueblo, que otorgan a  Valdeoliva un aspecto diferente. Estas construcciones circulares, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, presentan una fina labra en su sillería y detalles como escudos sobre las puertas y ventanas casi cuadradas. Además, se conservan tramos porticados de origen medieval.

El edificio más notable de  Valdeoliva es la iglesia parroquial de la Asunción, cuya construcción original data de los siglos XII y XIII. Declarada monumento en 1982, destaca por su nave principal, ábside semicircular y torre cuadrada de cinco cuerpos. La iglesia alberga una pintura del Pantocrátor, de estilo protogótico y datada entre 1290 y 1325, que añade valor histórico y artístico al conjunto arquitectónico.

Los municipios más bonitos de Cuenca

Huete, con su impresionante Castillo de Luna y sus iglesias góticas, es un destino que combina la historia con la naturaleza. El Museo Florencio de la Fuente, con obras de artistas como Salvador Dalí y Pablo Picasso, ofrece una experiencia cultural única. Además, la cercanía de Huete a la antigua ciudad romana de Segóbriga añade un toque extra de historia a este precioso municipio.

Beteta, situado en un entorno natural impresionante, es uno de esos lugares que todo el mundo debería visitar alguna vez en la vida. La iglesia parroquial de la Asunción y las ruinas del Castillo son testigos de su pasado medieval, mientras que la Hoz de Beteta ofrece un paisaje natural impresionante. El Real Sitio de Solán de Cabras es el complemento perfecto para una visita a este pueblo conquense.

Cañete, ubicado en la Serranía de Cuenca, ofrece un viaje en el tiempo entre montañas y barrancos. Las ruinas del castillo y las iglesias de Santiago y San Julián son testigos del pasado árabe de Cañete, mientras que la Plaza Mayor refleja la riqueza arquitectónica de la región. Con su entorno natural impresionante, es un destino ideal para los amantes de la naturaleza.

Belmonte, otro tesoro de la provincia de Cuenca, deslumbra con su castillo pentagonal y su impresionante muralla. En las calles de Belmonte, el Palacio de Buenavista y la Casa de Comedias revelan la grandeza de este pueblo, mientras que la Colegiata de San Bartolomé es un ejemplo notable de la arquitectura religiosa.

San Clemente, conocida como la «Pequeña Corte de La Mancha», cautiva con su rico patrimonio histórico y su importancia durante el siglo XVI. El puente romano y la parroquia de Santiago Apóstol son solo algunos de los tesoros que se encuentran en este encantador pueblo. El Museo Etnográfico de Labranza y el Museo de Obra Gráfica ofrecen una mirada más profunda a su cultura e historia.



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