El gravísimo error que estás haciendo con este alimento


Según la Organización Mundial de la Salud, debemos consumir tres raciones de frutas frescas y de temporada al día en el marco de un plan de alimentación saludable. Ahora que llega el verano, una de las frutas de temporada que debemos incluir en la lista de la compra son las fresas. Es importante elegir aquellas que tienen un color intenso y uniforme, y sin ninguna parte blanca. También debemos fijarnos en las hojas: si el verde amarillea y ha perdido intensidad, la fruta no es fresca.

¿Por qué no hay que lavar las fresas?

Una vez compramos las fresas y llegamos a casa, es fundamental que conozcamos una serie de consejos básicos sobre cómo conservarlas. Algo que solemos hacer es lavarlas antes de guardarlas en la nevera, pero es un gran error.

Andrea Mathis, dietitsta-nutricionista y propietaria de Beautiful Eats & Things, explica lo siguiente a ‘Insider’: «La mayoría de las personas no se dan cuenta de que las fresas tienen capacidades similares a las de una esponja, lo que significa que pueden absorber pesticidas y bacterias fácilmente».

¿Qué es lo que debemos hacer? Lo primero y más importante es no lavarlas antes de guardarlas. Una vez vayamos a consumir las fresas, sí podemos hacerlo justo en el momento que nos las vamos a comer.

Ahora bien, no es suficiente con ponerlas debajo del agua. Para eliminar todo rastro de pesticidas, tenemos que introducir las fresas en una solución de agua con sal y dejar que reposen unos cinco minutos. Una vez transcurrido el tiempo, aclaramos con abundante agua, y ya están listas.

Es fundamental lavar las fresas justo en el momento que nos las vamos a comer. Aportar un extra de humedad a esta fruta antes de guardarla en la nevera puede favorecer la proliferación de microorganismos, y esto es justo lo que hay que evitar.

¿Cómo conservar las fresas?

Una vez las tenemos en casa, abrimos el envase para repasar una a una todas las fresas, y desechar aquellas que tengan daños visibles o moho. Podemos separar las más maduras para consumirlas antes de que se estropeen.

Por supuesto, no debemos quitar los tallos porque dejaríamos la puerta de entrada abierta a los microorganismos. Las fresas hay que colocarlas en un envase amplio y limpio, donde podamos ponerlas en una única capa, sin amontonarlas.  Los expertos recomiendan poner papel de cocina absorbente en el fondo del envase.

Por último, cabe señalar que las fresas necesitan respirar, así que nunca hay que cerrar el envase herméticamente. Lo mejor es taparlo con un papel film y hacerle algunos agujeros.



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