Así es el gimnasio secreto que tuvo en Tokio


Después del terrible colapso emocional durante la competencia por equipos de gimnasia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Simone Biles intentó por todos los medios derrotar a sus demonios para volver a competir en Tokio. Pero no ha sido hasta ahora que se ha revelado que para poder volver a las Olimpiadas entrenó en un gimnasio secreto ubicado, fuera de los ojos de todos, en una universidad local de Tokio.

El gimnasio secreto de Simon Biles que le sirvió para volver a las Olimpiadas de Tokio

Simone Biles los probó todos para tratar de derrotar a los demonios que la obligaron primero a retirarse de la competencia de gimnasia por equipos en los Juegos Olímpicos después de un error en el salto de potro, y después a renunciar a las competiciones individuales , hasta que decidió participar en la  final de barra de equilibrio en la que ganó una espléndida medalla de bronce. Un colapso emocional que tiene sus raíces en horribles sucesos del pasado de la estadounidense de 24 años (fue abusada durante años por el médico de su equipo), y que acabó por crear en ella un estado de ansiedad que afectó a su rendimiento olímpico.

Sin duda, y a pesar de las críticas de muchos por retirarse en plena competición olímpica, está claro que las últimas semanas habrán sido terribles para la gimnasta. Algunos expertos han explicado que esos «demonios» en la cabeza de Biles le pueden jugar una auténtica mala pasada si se encuentra realizando cualquier ejercicio. Por lo visto, son tensiones que impiden que tu cuerpo se sincronice con la mente y estás como «petrificado», perdiendo el conocimiento de tu posición en el espacio cuando estás en vuelo. Son los temidos «twisties», que también pueden poner en peligro la vida del deportista, que corre el riesgo de caer mal en el suelo. Biles lo ha intentado todo para superar estas enormes dificultades, llegando la semana pasada a pedir la disponibilidad de un gimnasio secreto donde entrenar lejos de la mirada de todos , para intentar encontrar la serenidad y el equilibrio en los ejercicios.

Ha sido el periódico Wall Street Journal el que ha revelado esta curiosa historia: fue el miércoles por la mañana de la semana pasada cuando sonó el teléfono de Kazuhiro Aoki, un profesor de la Universidad Juntendo, una instalación ubicada en Chiba, a menos de una hora de Tokio. Al otro lado de la línea había un estadounidense con una petición singular: había una gimnasta que necesitaba usar el gimnasio de la universidad. «Es una solicitud complicada de cumplir «, le respondieron. » Pero es para Simone Biles», la revelación provocó que inmediatamente se abrieran las puertas del gimnasio a la chica de Ohio. Unas 12 horas después de que Biles abandonara los Juegos Olímpicos, la joven ya estaba tratando de arreglar las cosas que estaban mal. Lo logró solo después de unos pocos días, a tiempo para el bronce en la barra de equilibrio: una prueba segura, sin sombras y sin demonios.

Gracias a esa instalación que nadie conocía, hasta ahora, Biles se pudo recuperar y además de ganar su medalla quiso agradecer a quienes le prestaron el gimnasio. De hecho la gimnasta, respondió en redes sociales a quienes han revelado la historia del gimnasio diciendo: «Estaré eternamente agradecida a Juntendo por permitirme venir a entrenar solo para intentar recuperar mis habilidades. Los japoneses son algunas de las personas, si no las más dulces, que he conocido».





Fuente