¿Cómo se mide la velocidad del viento?

¿Te interesa saber cómo se mide la velocidad del viento? Sin duda, es una curiosidad que asalta a un buen número de personas, ya que esta información es importante. Gracias a estas mediciones podemos estar prevenidos ante las tormentas y otros fenómenos meteorológicos adversos.

Para medir la velocidad del viento se usan dos técnicas primordiales. La más común es por medio del uso de un anemómetro. Este instrumento es muy similar a un molino de tres aspas. En el mismo, cada aspa va separada en un ángulo de 120º y se mueven alrededor del eje vertical.

El funcionamiento del anemómetro se activa cuando es golpeado por el viento. En ese momento, se enciende el contador, encargado de marcar, en base al número de revoluciones, la velocidad exacta del viento.

La segunda técnica para la medición del viento se llama escala de Beaufort. En la misma se estiman dos características principales, la dirección y la intensidad, que podríamos denominar velocidad propiamente dicha.

Según esta escala, la intensidad es media en nudos, como en la métrica náutica. Este método diseñado por un almirante que vivió en el siglo XIX y cuyo apellino de le da nombre cuantifica la velocidad desde 0 hasta 12, es decir, desde calma total y absoluta hasta la fuerza de un huracán.

Según la fórmula de medición de Beaufort, la calma sería un viento de menos de un nudo de velocidad, que es aproximadamente un máximo de 1,9 kilómetros por hora. El máximo, considerado huracán, estaría por encima de los 64 nudos, que equivalen a 119 kilómetros por hora en adelante.

Para qué medir la velocidad del viento

Se considera que el viento es una energía renovable y muy limpia. Es decir, es útil para convertirlo en energía como la electricidad. Pero, para que el método de conversión sea eficaz, es necesario saber la velocidad. Solo así podemos aprovechar este fenómeno de la naturaleza para transformarlo en energía eólica por medio de aerogeneradores y molinos.

También en el campo de la meteorología, como hemos comentado anteriormente, es útil conocer estos parámetros. Así podemos anticipar y prevenir fenómenos como huracanes y fuertes rachas, y estudiar sus patrones.

No obstante, medir el viento y su fuerza y velocidad no siempre es fácil. Al circular cerca de la superficie terrestre, es muy ligero y suave, por lo que aumenta su altura a gran velocidad. Es por eso que los molinos de viento incorporan sus grandes aspas en las partes más elevadas, para evitar interrupciones de árboles o montañas y para interpretar correctamente su flujo sin que nada interrumpa su fuerza.

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