Trump, Biden, PRM, gobierno y PLD (OPINIÓN) | AlMomento.Net

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El AUTOR es periodista. Vive en Santiago.

Los procesos electorales de República Dominicana y Estados Unidos serán de gran interés para los candidatos de las dos naciones, por las implicaciones de los sectores políticos en cada una de estas naciones.

El expresidente Donald Trump se perfila como el candidato presidencial del Partido Republicano (PR) para las próximas elecciones y el actual presidente Joe Biden del Partido Demócrata (PD) ya está siendo promovido por sus seguidores que piensan en su reelección.

Trump, siendo presidente de los Estados Unidos, expulsó al PLD del poder. Y fue más allá. Envió a su secretario de Estado, Mike Pompeo, conocido en nuestro país como ministro de Relaciones Exteriores, a advertir al presidente dominicano, Danilo Medina, que no podía buscar la reelección. ¡Y sucedió!

Pero eso no fue lo peor. Trump guardó silencio cuando el presidente de la Comisión Central Electoral (JCE), Julio César Castaños Guzmán, suspendió las elecciones nacionales el mismo día que se realizaban en nuestro país, respondiendo a los intereses políticos de la oposición.

¡Y así Castaños Guzmán pasó a la historia, dejando atrás el prestigio que se había ganado!

Estas acciones fueron realizadas por el PRM en el poder republicano de los Estados Unidos. ¡Y entonces hizo un compromiso con Trump, quien luego perdió las elecciones!

Y Medina, que facilitó una gran logística al entonces candidato demócrata Joe Biden, también se comprometió con él, aunque previamente había habido una relación política entre ambos.

La diferencia entre las dos personalidades estadounidenses es que Biden ganó la presidencia de los Estados Unidos. ¡Así favorecen los perremeistas a Trump y los peledeístas al actual jefe de Estado de la gran nación!

Si las estrategias políticas estadounidenses siguen siendo las mismas, no hay duda de que el poderoso Trump apoyará al PRM y el gobierno de Biden al PLD.

El problema para el PRM es que las elecciones presidenciales y municipales dominicanas preceden a las de Estados Unidos.

Aparte de la gran inflación que afecta al país, por los altos precios de todos los productos y servicios, su adversidad al actual presidente Biden, la falta de seguridad ciudadana, así como la propiedad privada, parecen cerrarle el camino al PMR.

Pero el alto costo de vida también está empujando a una gran mayoría de sus votantes en las últimas elecciones a hacer campaña, en detrimento del gobierno, impaciente por las próximas elecciones de 2024, a votar en contra del PRM.

No hace falta ser analista para conocer el poder político del PLD, que -con un candidato que, por los problemas que generó la división de la entidad con la salida del expresidente Fernández-, no contó con apenas cuatro meses para su candidato presidencial, Gonzalo Castillo, para hacer campaña para las elecciones.

Pero aun así obtuvo el 38% de los votos. Y como es sabido, Medina, atemorizado, quizás por las amenazas de Trump, no hizo campaña, como también sucedió con la mayoría del Comité Político, cuyos miembros quedaron al margen del proceso.

El gobierno del presidente Luis Abinader está siendo cuestionado por enviar a prisión a exfuncionarios de los gobiernos de Medina y Leonel Fernández, acusados ​​de corrupción mediante el uso de fiscales, lo que no sucede con los líderes perremeistas despedidos por el gobernante, por presunta malversación de recursos del Estado.

Casi siempre, la fiscalía pide 18 meses de prisión como medida de coacción contra exdirigentes del PLD, pero los del actual régimen, muchos de los cuales son destituidos por el dirigente por motivos similares, son enviados a casa.

Es como decir que los malos se van al infierno y los buenos se colocan en los altares. ¡Así que no!

Creemos que el estado trabajará para servir a los demás, no para robarles sus bienes, pero rechazamos que el gobierno use el poder para castigar a los opositores y «honrar» al partido en el poder.

Si la idea es determinar si alguien que trabajaba o trabaja en el estado robó, hay que juzgarlo de inmediato, porque así se sabrá si es culpable o no.

Una persona que pasa casi dos años en prisión y luego es liberada por falta de pruebas genera un gran malestar en la sociedad.

Esta práctica debe cesar, porque no cabe duda de que detrás de algunas acusaciones de fraude, hay persecución política. Casi dos años de prisión como medida de coerción es una sentencia indirecta. Si es seguro que los acusados ​​robaron al estado, ¿por qué no juzgarlos de inmediato? El problema es que el gobierno sabe que muchos acusados ​​quedarán en libertad por falta de pruebas.

Las autoridades políticas o judiciales que así actúan olvidan que los gobiernos no son eternos. ¿Preguntan al ex Fiscal General de la República preso, Jean Alain Rodríguez, con su enfrentamiento con la actual Fiscal General de la Nación, Miriam Germán? ¡Hoy es el turno de Tingolo y mañana es el turno de Pirolo!

Nadie duda de que hay magistrados que obedecen más a las instrucciones políticas oficiales que a un buen conocimiento de los asuntos judiciales. Nous vivons dans un pays où la majorité soutient la sanction judiciaire de ceux qui commettent des fraudes dans l’État, mais rejette l’utilisation du pouvoir pour détruire les personnalités politiques de l’opposition, avec la fausse idée que cela renforcera le parti au poder. ¡Todo lo contrario, porque está desacreditado!

Esta práctica, cuando fue iniciada por el gobierno del PRM, despertó cierto interés en la población, pero cuando se dieron cuenta de que la estrategia resultó en crear escándalos para ocultar los altos precios de los bienes de consumo cotidiano, dejaron de creer en ella. Ahora lo que la gente está haciendo es exigir al gobierno reducciones en los precios de los productos o servicios y políticas claras de inversión pública. jpm



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