OPINION – Euclides Gutiérrez: un Guacanagarix del siglo XXI


Prefacio

El 3 de agosto de 1492 partieron del puerto de Palos de la Frontera en Moguer, España,  hacia la conquista del llamado mercado de especias y piedras preciosas en el Lejano Oriente, dos carabelas denominadas La Pinta y La Niña encabezadas ambas por la nao Santa María y cuya expedición estaba al mando del almirante Don Cristóbal Colón, el cual tenía el respaldo de la Corona española para la expedición.

Era la primera travesía de Colón que,  al errar en la ruta para llegar a las Indias, culminó con el descubrimiento del llamado «Nuevo Mundo» el cual se materializó con el arribo el 5 de diciembre de 1492 a la isla llamada por los taínos «Babeque» y que el almirante Cristóbal Colón bautizaría posteriormente como «La Hispaniola».

Poco tiempo después de haber recalado en la isla, la nao Santa María encalló en la costa noroeste en lo que hoy se denomina República de Haití, teniendo ese hecho la particularidad de que se usó la madera de la nave encallada para edificar el llamado «Fuerte Navidad».

Hay que hacer notar como aporte que el término «La Hispaniola» se hizo bien conocido en latín por la insistencia  del padre Bartolomé de las Casas y Pedro Martir de Angleria que según él, significaba «la pequeña España». Es bueno recordar que,  a la llegada de los españoles, Quiqueya estaba habitada por indios taínos los cuales  provenían de la América del Sur,  y la división política de la isla radicaba en cinco cacicazgos que  dominaban todo el territorio y a su vez, esas regiones eran gobernadas por caciques.

Estos cacicazgos eran: Marién, Maguá, Maguana, Higüey y Jaragua. En el caso específico el cacique al que tomo como referencia en este  humilde trabajo de opinión, lo es el indio Guacanagarix el cual gobernaba en el cacicazgo de Marién.

EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York

Cuando los conquistadores españoles atracaron en la isla, el cacique Guacanagarix se destacó,  a diferencia de los otros líderes indígenas, por recibir con sumo agrado a los españoles, les hizo regalos en oro, pasó a ser  fiel y aliado de ellos ya que él los consideraba unos «enviados del cielo» y hasta llegó a colaborar con el cuidado y protección del Fuerte Navidad. Fue tanto su empeño por agradar a los conquistadores, que ayudó a Colón en la exploración de la región del Cibao y fue tan leal su entrega, que participó con ellos en la lucha en contra de los demás caciques en la batalla de la Vega Real en la cual buscaban expulsar al invasor.

Fruto de esa entrega hacia los conquistadores por parte de Guacanagarix y en contra de su propia gente, fue lo que motivó que aflorara  el término el «Complejo de Guacanagarix», utilizado por primera vez en el 1990 por el periodista Víctor Rodríguez. Es un  concepto social o político aplicado en el ámbito de la República Dominicana, al comportamiento que asume ya sea el Estado o cualquier persona en ser gracioso, en lisonjear de manera desmedida o de dar preferencia a los extranjeros más que a los propios dominicanos.

Euclides: la reencarnación de Guacanagarix

Las consideraciones expuestas en el prefacio de esta opinión, obedecen a que recientemente el dirigente político y miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Domincana (PLD) y ex-cacique de la Superintendencia de Seguros en la pasada administración, Dr. Euclides Gutiérrez Félix, escribió un artículo titulado: «Gracias, China» del cual se hizo eco el diario ALMOMENTO.NET d/f 24-03-2021. (1)

En el referido artículo, el Dr. Euclides Gutiérrez dice que (cito): «La República Dominicana está y estará eternamente agradecido del gesto solidario de la República Popular de China de facilitar las vacunas para prevenir el contagio del virus de los signos y síntomas Covid-19». (cierro cita).

Más adelante escribe (cito): «Este gesto admirable que debe ser agradecido por el pueblo dominicano, de la vacuna para combatir el covid-19, (debió escribir la covid-19) es una lección que da el gobierno de China a los Estados Unidos (aquí brota el sentimiento izquierdista de culpar a los Estados Unidos de todos los males) y por igual a naciones desarrolladas, científicamente, y poderosamente ricas».(cierro cita)

Y más adelante, suelta esta perla revestida de un vulgar cinismo inconcebible, sobre todo, en un intelectual de amplios conocimientos cuando escribe (cito): «China no hizo daño en el pasado ni lo hace en el presente ni hará en el futuro a la seguridad de la República Dominicana. (cierro cita)

Mi respuesta a un Guacanagarix lisonjero y genuflexo

Lo primero que tengo que preguntarle al Dr. Euclides Gutiérrez es : ¿quién le ha dado la autoridad de hablar en nombre del pueblo dominicano y no hacerlo a título personal? Parece que a él se le ha olvidado que ya ni siquiera forma parte del estamento gubernamental lo cual, en ese contexto, podría darle cierta autoridad para ello. Dudo mucho que los hijos del patricio Juan Pablo Duarte y Díez, se identifiquen con una dictadura comunista, criminal y abusiva  como lo es la República Popular de China.

¿Cuáles serían las razones por lo cual la República Dominicana «está y estará agradecida del gesto solidario de China» como alega Euclides Gutiérrez?. Si por haber registrado la patria de los Trinitarios hasta el momento unos 252 mil 384 infectados y unas 3 mil muertes ocasionadas por la pandemia, amén de los daños económicos del (SARS-Cov-2) a la nación y trastornado la vida de los 10 millones de dominicanos, «debemos estar agradecidos», me parece que ese criterio carece de lógica, de sensiblidad humana y, sobre todo, que es propio de la insuficiencia de moral política de un sofista senil.

Ese «gesto solidario» de China no es tal y cae en el mismo redil del que hace Cuba con sus llamadas «misiones médicas», que todos sabemos que es un negocio lucrativo, deshonesto y esclavista del gobierno castrista al que yo titulé en un artículo: «Cuba y sus esclavos de las batas blancas», publicado en este diario y reproducido por un diario anticastrista cubano en el exilio en Miami, Fl. (2)

No es cierto que «China le ha dado una lección a los Estados Unidos» por esa entrega de vacunas a la Rep. Dominicana. Debo decirle al Dr. Euclides Gutiérrez, que eso se trata de una operación comercial como cualquier otra. No es gratis y la misma conllevó a una erogación de unos US$19 millones por un millón de las primeras dosis de la vacuna china Sinopharm. Si calculamos que en la isla hay unos 10 millones de habitantes y un millón de la dosis cuesta US$19 millones, estamos hablando de la friolera de unos US$190 millones que saldrán del erario para atajar una epidemia que los mismos chinos originaron. ¿Eso es lo que Euclides Gutiérrez le llama «gesto de solidaridad»?

Los Estados Unidos han actuado con patriotismo y entereza al inocular primero a sus ciudadanos con sus propias vacunas desarrolladas en la nación, las cuales costaron muchos sacrificios, tenacidad en contra del tiempo, un costo millonario y produciendo tres vacunas: «Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson»,  siendo las dos primeras las más seguras y efectivas de todas las que se han fabricado en el mundo con un 95% de protección a diferencia de la Sinopharm China que apenas cubre un 50%.  Ver link. (3)

Este gesto de los Estados Unidos de no exportar ni permitir  que las vacunas desarrolladas por ellos sean vendidas hasta que no se inmunice al total de su población, es cónsono con lo que dice las Sagradas Escrituras en (1 Juan 4:20) «Si alguno dice: Yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?.

China no ha inoculado a la totalidad de su población y está vendiendo sus vacunas bajo un supuesto gesto de solidaridad. Lo irónico de esta conducta la podríamos definir como aquel conductor que atropella a una persona, huye de la escena y luego aparece vendiéndole una silla de ruedas para que pueda movilizarse, ya que les amputaron las extremidades por el accidente que tuvo.

Si la China comunista en verdad tuviera un gesto de solidaridad hacia el mundo afectado por ellos, suministraría de manera gratuita a gran parte de la naciones menos desarrolladas sus vacunas. Ese sí sería un gesto solidario que al menos, repararía en cierta forma el daño ocasionado al mundo.

La China comunista debe ser llevada a la Corte Internacional de la Haya y juzgarla por crimen de lesa humanidad; y no por el hecho de que en esa nación se haya incubado este virus chino desvastador, sino porque lo ocultaron al mundo durante meses, lo cual permitió la propagación más allá de su frontera, ocasionando el desastre humanitario y económico  que todo conocemos. Obviamente, coludido con el comunista y director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Epílogo

Es inaceptable aceptar como bueno y válido, que una persona tan prolífica en el conocimiento cultural como lo es el Dr. Euclides Gutiérrez Félix, por su condición de abogado, maestro, historiador, investigador, periodista, político, académico y escritor, escriba en ese artículo sin el menor rubor que: «China no hizo daño en el pasado, ni lo hace en el presente ni hará en el futuro a la seguridad de la República Dominicana.» (cierro cita).

Yo le respondo al Dr. Euclides Gutiérrez que ya China lo hizo y no solo a la Rep. Dominicana, sino al planeta entero. Pero, además, me parece inaudito e inadmisible que él ignore o piensa que los demás ignoramos, la barbarie en pleno siglo XXI que está cometiendo el gobierno comunista de China Popular, en contra de la comunidad uigures y miembros de comunidades musulmanes, los cuales han sido torturados, sometidos a trabajos forzados y «reeducados» en campos de concentración como en los mejores tiempo de Mao y Stalin en la región china de Xinjiang. Si eso lo hacen con sus propios ciudadanos, ¿cómo podemos creer que la China comunista no es capaz de hacer daños a otros?.

Cuando uno escucha o lee ese tipo de criterio desajustado, impropio y carente se seriedad ante la realidad de los hechos, como el del Dr. Euclides Gutiérrez Félix, me viene a la memoria la frase del destacado pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire cuando escribió:

«Lo que la humildad no puede exigir de mí es sumisión a la arrogancia y a la rudeza de quien me falta el respeto. Lo que la humildad exige de mí, cuando no puedo reaccionar a la afrenta, es enfrentarla con dignidad».

Adendum:

(1)

Gutiérrez Félix resalta gesto solidario de China al facilitar vacuna  Sinovac

(2)

 Cuba y sus esclavos de las batas blancas

(3)

https://www.infobae.com/america/tendencias-america/2021/03/26/covid-19-un-modelo-predictivo-calcula-cuantos-dias-dura-la-proteccion-de-cada-vacuna/

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