OPINIÓN: El PLD debería acordar una reforma constitucional

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El autor es político y profesor de historia. Vive en Santo Domingo

Si la mayoría de la dirección del PLD no tuviera modo avión -en silencio, con algunas excepciones (los precandidatos, el presidente del partido, el secretario general y uno u otro del PC)-, sería responder con una reforma constitucional, tomando como referencia la propuesta por el presidente Luis Abinader; y sobre todo lo que concierne a la figura del fiscal o procurador independiente -que no necesariamente debe excluir a los políticos-; pero no por encima de 50+1 -que debe prevalecer-. Los demás puntos de la citada iniciativa bien podrían ser objeto de un acuerdo.

Pero, ¿por qué conviene que el PLD acuerde una reforma constitucional? Sencillo: a) el PLD; o mejor dicho, su actual presidente, hizo o dio señales de intentar reforma constitucional en 2019 -aunque luego desistió-, b) la narrativa de que la constitución “no toca”- y más de quien la tocó en 2010, y lo hizo su arquitectura incluyendo el «vuelve y vuelve», que no es más que un estribillo o algo que no se puede sostener por mucho tiempo; y más aún si sabemos que las constituciones, “todas”, son construcciones político-históricas que responden a la etapa de desarrollo institucional de un determinado país; yc) es muy conveniente que el PLD envíe el mensaje político-institucional de que también le interesa una fiscalía independiente -pero no la rehabilitación de su presidente, que puede esperar-.

Además, el PLD debe intentar trazar una línea de oposición belicosa, pero al mismo tiempo constructiva y diferenciadora, racional y política, sobre cualquier coincidencia con la franquicia Force du Peuple (FP), ya que no son aliados y que esta última es se nutre, casi exclusivamente, de su nicho electoral y de sus miembros. Hasta entonces, a nuestro juicio, debe ser visto y entendido como un adversario político-electoral que incluso se le opuso ferozmente y se alió con el PRM para sacarlo del poder. Y arriba, hoy; aunque escenario-engaño, vende y promueve la mentira política que representa al frente de la oposición, mientras lucha por destronar al PLD de este escaño que ha certificado la JCE -2020-.

A esta afirmación se suma el hecho, insólito o masoquista, de que incluso parte de su dirección busca una alianza con el ex PLD, al que le importa un carajo el PLD (en el fondo, se podría leer esta inclinación, como si los del PC ignora que en su partido hay seis candidatos y que Leonel Fernández solo aspira a ser presidente -Lo de Balaguer-Peynado (1996), no me lo quiero ni imaginar-)

Pero volviendo a la cuestión central -una posible reforma constitucional-, el PLD debería, por coherencia, ser el partido menos opuesto a tal iniciativa, ya que lo intentó en 2019; pero, también, porque en política no debe existir un tema tabú o sobre el que se deba asumir una exclusividad proactiva.

Finalmente, este presidente dominicano, contemporáneo o no, no planteó en su momento una reforma constitucional bajo ningún pretexto o subterfugio. Por lo tanto, no veo miedo-miedo, de aferrarme a un edificio constitucional que necesita complemento y maldad.

Otra cosa es que un partido, supuestamente de cargo, apruebe todo; o Concentrar toda su energía de oposición en dicha reforma; o peor aún, que sus legisladores se apresuren por su cuenta… (o que tal reforma acabe en un trueque). Seria serio…

jpm



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