Mucho más ganancias que perdidas –


Se trata de una especie de contraataque, con poca suerte, buscando evadir el dedo acusador de la justicia y de las investigaciones en curso que apuntan a un desenlace poco favorable para el litoral político aludido.

Poniendo las cosas en contexto, nos referimos a las reprobaciones públicas externadas por los senadores y diputados del opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quienes hicieron comparaciones poco juiciosas y razonables entre la pasada gestión de su partido y la administración actual de Abinader.

Decimos que tales críticas son poco razonables e improcedentes porque no se pueden comparar dos tiempos distintos y circunstancias diferentes. Como no se puede comparar la Edad Media con la Edad Contemporánea para resaltar los logros y avances de esta última. Los parámetros para juzgar una cosa frente a otra deben ser equiparables para que la comparación y el juicio sean válidos y aceptables.

Los peledeistas alegan que las rendiciones de cuenta de Danilo Medina estaban “llenas de realizaciones de obras finalizadas, programas de apoyo y promesas cumplidas. En esta ocasión no hemos escuchado nada de eso por parte del presidente Abinader”. Como se puede apreciar, se trata de una verdad a medias, de una verdad mentirosa.

Porque no se puede parangonar las obras realizadas en 8 años con una gestión imberbe de seis meses. Porque no se puede ni se debe contrastar un tiempo de gobernanza normal con un tiempo de crisis y situaciones extraordinarias. No se puede equiparar a quien le toca administrar crisis heredadas con aquel que hizo del erario estatal una sarta de fiestas y derroches para que las pagara quien viniera atrás.

A Luis no se le puede juzgar a partir de las realizaciones materiales majestuosas, que son imposibles en tan corto periodo, sino en evitar empeoramientos de lo heredado, en el éxito que tenga en controlar los daños encontrados, como por ejemplo, restituir miles de empleos perdidos con la pandemia, restaurar el aparato productivo, lograr que el déficit fiscal se haya reducido en un 7.4% del PIB, en vez del 9,4% que se tenía proyectado.

A Luis Abinader hay que evaluarlo a partir de que logre evitar que el costo de la vida siga subiendo como está pasando ahora; sus logros deben ser considerados desde la óptica del enfrentamiento de la corrupción, tanto la pasada como la que se pueda detectar ahora. A nuestro joven presidente hay que verlo desde el horizonte de la reinserción que logremos en la nueva normalidad social.

Decir que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) no ha dado respuesta a las preocupaciones del pueblo y que en seis meses se amontonan las promesas incumplidas, es pecar de exagerado y dramático, pues ese tiempo solo alcanza para lidiar con lo encontrado y desenmarañar los líos que maniatan.

Ahora bien, lo que el jefe de Estado no debe hacer para halagar oídos es  actuar con imprudencia para no generar falsas expectativas que no pueda cumplir y que lo hagan caer en el terreno de la demagogia política.  Por eso, debe caminar con pies cautelosos cuando habla de obras para las cuales no están claros ni especificados los recursos que les darán sustentación concreta.

En fin, si viéramos el país en estos seis meses de gestión como un balance de ganancias y pérdidas, hay mucho más de las primeras que de las últimas. Ojalá que ese saldo se mantenga positivo para bien del país y de todos los habitamos en él.

JPM



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