Los regalos de Papá Noel que trae el Niño Jesús


Cada 25 de diciembre y parte de la Nochebuena, niños y niñas residentes en provincias como Santiago, Valverde, Puerto Plata y otras del Cibao, viven uno de los momentos más mágicos de su infancia con la celebración de la esperada Día de Bebé Jesúsla fecha en que reciben juguetes como regalo de Navidad.

Inocentes que sus padres son los que les dejan el tradicional regalo que les provoca grandes sonrisas, muchas pequeñas armaron toda una escena precedente en el que colocan dulces u otros alimentos en un recipiente para que «cuando pase el Niño Jesús» se los lleve a cambio de los juguetes que van a recibir.

Esta tradición, que se diferencia de las costumbres arraigadas en el Gran Santo Domingo y sus alrededores donde se reparten regalos para los infantes cada 6 de enero y se atribuyen a los llamados “Sabios”, tiene su origen en la influencia de la cultura religiosa americana que se estableció en principio en la zona norte de República Dominicana tras la llegada de los españoles a la isla, según el investigador Andrés L. Mateo.

“La influencia norteamericana primero se instaló allí en Santiago, y como Santiago es un referente paradigmático en términos de desarrollo urbano, obviamente muchas otras regiones lo han asumido”, recuerda el filósofo, también dominicano.

A pesar de que el «milagro» es atribuido al Niño Jesús por las creencias cristianas, la experta aclara que esta herencia de regalar juguetes el día de Navidad Se asumía desde la tradición popular en torno a la figura de Nicolás de Bari (San Nicolás o Papá Noel), un obispo cuyo acto de generosidad más recordado fue el de entrar a la casa de una familia pobre por la ventana y dejar allí una bolsa llena de monedas de oro para su sustento.

«Cuando era pequeño solo sabía sobre Bebe Jesus. Para mí Fue muy sorpresivo cuando vine a vivir a Santo Domingo y me hablaron del día de Reyes, que allí no se celebraba”, dice Diana Brito, originaria de Santiago, quien ahora ha implantado ambas costumbres en su familia.

la tradicion es Decir ah desarrollardesaparecido

Desde hace un tiempo, este reparto de juguetes en Nochebuena y Día también se ha extendido a otras zonas del centro del país, donde es constante ver fotos de familiares en pijama en las redes sociales mientras los regalos «dejan bajo el árbol». » estan abiertos. »

“Muchos padres de familia en Santo Domingo y otras zonas ya optaron por entregar regalos a partir del 25 de diciembre para que sus hijos disfruten más tiempo de los juguetes antes de regresar a su jornada escolar”. enfatiza el experto.

Compensación por su buena conducta

Además del entusiasmo por el nuevo juguete, los regalos atribuidos al Niño Jesús, a Papá Noel o a los Reyes Magos también son percibidos por los pequeños como un premio a su buen comportamiento a lo largo del año.

De acuerdo a Andrés L. Mateoeste sentimiento es inculcado por algunos padres y tutores como parte de una crianza sustentada en el proceso teológico que tienen la mayoría de las religiones, especialmente el cristianismo, en el que se otorga un premio o se condena a alguien por un hecho.

«sabemos que el los argumentos de la educación nacional se fundanNo en este didáctica compensatoria. Si te portabas bien, obviamente ibas a recibir los mejores regalos. Si te portaste mal no habría ningún tipo de regalo para ti o si hubo regalo fue muy inseguroSeñala Mateo.

Belén Viejo: una esperanza entre las desigualdades sociales

El panorama de sonrisas, sorpresas y regalos no es general para todos los niños, ya que muchos padres no cuentan con los recursos económicos suficientes para complacerlos o premiarlos en estas fechas.

Mateo explica que de esta realidad que marca la desigualdad social surge el personaje del Belén Viejo, un mito de la cultura dominicana que sirve para albergar la ilusión y apaciguar las angustias de los niños y niñas que, aun portándose bien, no tuvieron la oportunidad de recibir el «milagro del Niño Jesús, de Papá Noel o de los Reyes Magos».

Sin embargo, los regalos que trae el “antiguo Belén” solo se materializan en muy contadas ocasiones, por lo que en la mayoría de los casos no es más que una apuesta a la esperanza.

Por: Liliany E. Martínez V.



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