Lo de Faña duele, y duele doblemente –


El autor es comunicador. Reside en Nueva York

Cuando les digo que este asunto del tropiezo del agrónomo Leonardo Faña con la realidad de una vida que él, aparentemente, parece no haber vivido nunca, es muy cierto que me duele profundamente tratarlo en público. Puedo afirmar, sin faltarme el respeto propio, que lo recibo -al hecho y sus consecuencias- con más dolor que espanto.

 

Como no soy amigo personal del señor Faña, aunque sé quién es y qué hace, me resulta muy molesto airear un tema calificado de tabú y que atañe a la “la vida privada” de los hombres. Pero, si ya toqué el asunto, debo abordarlo con objetividad, respeto, sinceridad y claro sentido humanitario. Es que, a fin de cuentas, cuando uno se mete en lo que no le importa -en apariencias- el que te lee, tiene que percibir una narrativa objetiva y sincera para poder validar como legítimo el entrometimiento.

 

Lo primero que quiero precisar es que, con el exdirector del IAD se ha seguido el proceso debido. El MP está en la obligación de continuar con la acusación, como dice la ley, aunque, la medida de coerción impuesta es extrema e innecesaria, dado que, el acusado no representa peligro de evasión. El arresto domiciliario parece más conveniente y hasta oportuno, para una familia que necesita limar esas asperezas que los desvaríos de los calores varoniles provocan.  

 

Ciertamente, permanecer en su residencia de manera forzada, ayudará tanto a Faña, como al gobierno. Al primero, porque le permitirá pagar esa deuda con su familia y al segundo, que se quitaría de encima un tema del que sabe muy bien que no quedará bien parado. Y no es que se haya tratado el asunto de forma incorrecta, sino que, el ruido colateral que produce es altamente negativo para los intereses del partido en el poder.

 

Todo el mundo sabe que no se podrá lograr una condena definitiva, como se usa y estila en los países con amplia tradición de institucionalidad. A Leonardo Faña tendrán que soltarlo de una forma u otra, porque no habrá sentencia válida sin el testimonio personal de la “dama violada”. Entones, ¿para qué insistir en hacerle la vida miserable y ponerlo a gastar un dinero que él no tiene, porque no pudo ganárselo? La comedia debe terminar ya, antes de que se convierta en tragedia.

 

Como también debe ponérsele fin a esa campañita de recoger dinero en USA para pagar el abogado que lo defenderá. Un personaje de dudosa intención y mucho peor talaje está solicitando por email entre $50 y $100 de contribución, dizque, porque se necesitarán para tales fines unos $60,000. Si usted quiere mandar dinero, hágalo, es su derecho a ser estafado. Use la cuenta Zelle de Chase Bank que el sujeto anuncia, a nombre del teléfono (917) 628-6391. Personalmente, no creo que el PRM deba legalizar con su silencio ese fraude.

 

Pero, con todo y mi buena intención para con el señor Faña, confieso que no creo en su inocencia en lo absoluto. Yo más bien supongo que él, como muchos hombres, pasamos por la vida y dejamos pendiente por aprobar ciertas materias básicas. Pero esto, no nos convierte en criminales sino, en simples “pariguayos” de la tercera edad.

 

Si Leonardo Faña hubiera visitado en su niñez a doña Asunción Sánchez, mejor conocida como SION en la barriada de San Carlos, es seguro que hoy no pasara por este percance, pues habría aprendido a valorar desde adolescente y en su justa dimensión, “cuánto vale el show de domesticar el animal que habita en el animal, antes de que esos cambios hormonales nos afecten”

 

Sin embargo, he de admitir que, el daño mayor que yo veo en este acto cuasi involuntario del señor Faña -ya que él no estaba en pleno control de todas sus facultades- no es haberse dejado “chapear” por la damisela -lo que sucede con muchos “viejevos” a diario- sino, en algo que no he leído porque parece que nadie lo ha escrito, ni siquiera alguno de esos “dirigentes” que viven protestando por la falta de empleos para los perremeístas.

 

Lo dañino es que, ese empleo de más de RD$100,000.00, debió dársele a uno de los cientos de dirigentes medios -hombre o mujer- que tiene ese partido en espera de una oportunidad de trabajo en el gobierno y que poseen la capacidad profesional para realizarlo. Ese apetecido “empleito”, nunca debió otorgársele a una persona, con la única intención de cobrarle el favor del nombramiento en

especies. Es una falta de respeto a la persona en cuestión y a los militantes ignorados por tal desacierto. Por eso es doble mi enfado y mi molestia.

 

Ya para finalizar, quiero reiterar mi pedido: denle arresto domiciliario, para que pueda congraciarse con su familia, que está pasando una de sus peores crisis. Y pedirle a Dios que interceda para que ese siervo no cometa de nuevo ese tercer pecado capital.  

 

Y agregar que mi prosa nunca llega a este nivel de populismo, por la costumbre impuesta por mi padre y la formación laica que me dio la vida, pero este hecho no hay forma de exponerlo usando palabras convencionales.

 

¡Vivimos, seguiremos disparando!

olrobles@hotmail.com

 JPM



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