La encrucijada de Danilo y el PLD (OPINIÓN)

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El autor es politólogo. Vive en Santo Domingo.

El ambiente político en nuestro país es algo enrarecido y tiene que ver con situaciones que, muy probablemente, no se han dado antes. La situación interna al interior de algunos de los principales partidos políticos los ha llevado a lanzar fuera de plazo los procesos internos de selección de sus candidatos presidenciales, lo que podría convertir la campaña política de este proceso electoral que culminará en 2024 en el más importante de todos los dominicanos. historia politica

En este episodio sobre la excepcionalidad de este proceso electoral, hablamos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). La dirigencia del PLD ha desaparecido o parece haber quedado atrás, tras las elecciones nacionales de 2020. Donde hasta estas elecciones el PLD era la fuerza política mayoritaria y producto de sus conflictos internos, esta fuerza política se ha dividido con la salida de Leonel Fernández , su líder Durante casi 20 años juntos el resultado fue la pérdida del poder político, dejando a este partido con altísimos niveles de impopularidad.

Esto ha empeorado para esta fuerza política que hoy mira sin respuestas, no sólo a las necesidades de sus miembros, sino también a las demandas y anhelos de la sociedad dominicana en su conjunto. Lo cual es aún más problemático cuando su líder Danilo Medina está fuera de competencia por la inhabilitación constitucional que pesa sobre él.

Era, hasta cierto punto, comprensible que Gonzalo Castillo, su excandidato presidencial y rival del actual Presidente de la República Luis Abinader, reclamara el espacio de liderazgo que le correspondía en esta fuerza política, las cifras alcanzadas en dicho proceso: 1.536.989 votos que no son paja de coco, lo que equivale al 37,46% de los votos válidos emitidos en este proceso.

Sin embargo, Gonzalo Castillo no recibió el apoyo del PLD para reagrupar sus fuerzas y unir lo que queda de este partido político e incluso el propio Gonzalo declinó esta tarea. Algo que no se había visto antes en nuestro país que un candidato presidencial que quedó en segundo lugar no se presentara nuevamente en las siguientes elecciones presidenciales. Desde aquí siempre se ha dado por sentado.

Sin embargo, para quienes siguen nuestros escritos, nada de esto es extraño, porque habíamos dicho, mucho antes de que sucedieran estas cosas, que Danilo Medina iba a hacerse con el control de todas las estructuras internas del PLD para monopolizar este partido y utilizarlo para su protección personal como un chaleco antibalas ante los muy probables intentos de agresión que podrían caer sobre él una vez fuera del poder.

Es por ello que este IX Congreso realizado el año pasado no fue más que la coartada perfecta para la legitimación de ese control absoluto, de lo que quedaba del PLD, que exhibe hoy Danilo Medina para protegerlo de “golpes” que vienen “muy cerca”, como lo son en este caso, los cargos de la justicia, esta es una de las principales razones por las que esta otrora poderosa fuerza política parece hoy muy débil, con desprecio popular y sin una dirigencia que pueda restaurarla en el corto plazo.

El caso es que, en medio de esta coyuntura, el PLD organiza unas «primarias internas» improvisadas que no han levantado expectativas en el mundo político dominicano y en las que se evidencia la simpatía de Danilo Medina por Margarita Cedeño. Penca o la «penquita» como la llaman algunos.

Esto en perjuicio de otros candidatos que por miedo, cobardía o conveniencia personal nunca han puesto límites a la megalomanía, a los deseos enfermizos, a los caprichos del Ungido, a la decadencia de Arroyo Cano, ni siquiera a la época en que Penco fue elegido, ni esta vez se prestan nuevamente a la misma falsedad de la que Penca podría salir «victorioso».

Lo que podría llevar a que en este largo proceso electoral que ya ha comenzado, el ganador o candidato «ganador» o «candidato» provoque gran repulsión en lo que queda de esta organización política y al mismo tiempo gran hastío en toda la gente.

Pero que al mismo tiempo podría llegar agotado económica y físicamente a las elecciones presidenciales del 2024, lo que condena a este partido político a continuar en un proceso de reducción que lo podría llevar a los mismos escaños que hoy ocupa el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) en el imaginario colectivo.

jpm-am



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