La crisis es del sistema, no de partidos –


Estamos frente a una serie de rupturas que provocan sentimientos de desesperanza o incertidumbre política.

La República Dominicana particularmente tiene varios retos por delante, pero el principal es preservar su soberanía y mantenerse como nación libre e independiente.

Los partidos imbuidos en su agenda procuran bienestar propio y no de la nación, provocando que los seguidores dejen de lado algo tan elemental como lo es la soberanía de un pueblo.

Al mismo tiempo esas rupturas traen aires de renovación, pero sin dejar de lado el sentimiento patriótico que ocupa el corazón de la mayoría de los dominicanos. Vivimos al lado de un estado fallido, donde los grupúsculos, el crimen organizado y quien sabe que más, controlan todo menos el orden.

Los partidos a su vez no han representado una propuesta coherente con sus planteamientos, salvo reconocidas excepciones principalmente en el tema de la soberanía nacional.

En la oposición defienden una postura y en el poder otra.

Pero el asunto va más allá, pues si nos ciframos solo en reyertas partidarias dejaremos de lado el peligro que corre el país, desde adentro y desde afuera, para primero salir de la crisis del coronavirus tanto sanitaria como económica y segundo aplicar una política migratoria y diplomática de defensa y preservación de nuestra soberanía.

Actualmente se trata de confundir y fragmentar. Víctor Flores Olea dice: Hoy se discute fuertemente la idea de la soberanía de los Estados, y también probablemente la idea misma del Estado y de la nación. Existe también una crisis de la representación política y de los partidos, y probablemente hasta de la idea misma de democracia, en su práctica de los últimos tiempos.

Este planteamiento se lleva a cabo por dos razones elementales. Primero la pérdida de la ética en los exponentes políticos y los partidos mismos y segundo el abandono del decoro en la acción social y política de los gobiernos, bajo la tesis de que el fin justifica los medios.

El hecho de desvincular la política de las disciplinas éticas y morales es lo que nos ha llevado al punto donde estamos; Maquiavelo inició el movimiento y hoy se ha vertido en las venas partidarias hasta el punto de que se pacta con todos los sectores oscuros con el fin de llegar o preservar el poder.

En esos pactos se han establecido acuerdos que laceran nuestra soberanía y que a su vez contaminan el sistema de partidos.

JPM



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