Es un gobierno de ricos gobernando para ricos (OPINIÓN)

imagen


En la historia del mundo no se ha conocido ningún gobierno que administrara simultáneamente a favor de las clases altas y bajas. Siempre favorece a uno o al otro.

Y la actual administración, desde el período de transición, ha designado ministros y otros altos funcionarios, con pocas excepciones, de la oligarquía dominicana, según la teoría de que los ricos no necesitan y como no tienen necesidades, «no tienen no robar». Nada podría ser más falso.

Las causas de la corrupción pública, fundamentalmente, deben buscarse en la impunidad judicial. En República Dominicana no existe una tradición de sancionar el hurto de los recursos públicos, por la debilidad institucional y la nociva concentración de poderes, ya que casi siempre quien ocupa la casa presidencial tiene una influencia decisiva sobre los demás tribunales.

Y un ejemplo es que las cámaras legislativas ya aprobaron fideicomisos públicos, un engaño de la oligarquía para apropiarse de bienes estratégicos del Estado, mientras que el proyecto de ley de desamortización sigue en el limbo. Ni hablar del Código Penal que se tambalea en el Congreso Nacional desde hace unas dos décadas.

Quizás cuando se refieren a los pobres están pensando en jóvenes ladrones de barrio, un fenómeno social bien estudiado que se basa en la falta de oportunidades sociales, económicas y educativas, en los hogares desestructurados, entre otras cosas.

Sin embargo, conozco a muchas personas que han salido de los barrios marginales, han ido a la escuela, se han abierto camino en la escala social y son personas honorables y moralmente inmaculadas. Este tipo de profesional brilla por su ausencia en esta administración y hay pocos miembros de la clase media, ya que se ha dado prioridad a los sujetos que han invertido millones de pesos en la campaña. El dinero de esta campaña se toma del estado de manera multiplicada.

Además, el nepotismo no tiene precedentes históricos, ya que todos los altos funcionarios tienen además a sus esposas, hijos, nietos y yernos en viceministerios, embajadores y otros cargos diplomáticos. Estas son personas que nunca han estado involucradas en partidos políticos. ¿Dónde está la proclamada honestidad y transparencia?

La historia de la oligarquía dominicana muestra que muchas de las operaciones de sus miembros son deshonestas. Evaden impuestos, aranceles, no pagan préstamos al banco estatal (porque tienen que recuperar más que favores de campaña), se apropian de bienes públicos (como en el caso de Sans Soucí) y, muchas veces, incluso roban la electricidad que consumen en sus negocios. .

Es cierto que muchos pobres de los barrios se roban la luz, pero los ricos se roban las plantas; hay gente pobre robando carretillas de arena de ríos y playas, pero la oligarquía se está apoderando de todas las playas. No tengo que dar ejemplos, porque ha habido muchos gobiernos en el pasado. Y en la actualidad, a través de los fideicomisos desastrosos, ya podemos citar varios casos en curso.

En lo que tengo en mi vida, he tenido el privilegio de ver muchos gobiernos, la mayoría corrompidos por la idiosincrasia, pero ninguno (¡oiga: ninguno!) estuvo compuesto, en su mayoría, por oligarcas. Es un gobierno de ricos gobernando para ricos.

jpm



Fuente