El PRM aún está en construcción, falta por estructurar (OPINIÓN)

Existen tres modalidades para llevar a cabo la convención del Partido Revolucionario Moderno establecidas democráticamente en el estatuto recién aprobado, entre las que se encuentran la asamblea de delegados; por lo tanto, no puede considerarse ilegal. Se podría haber optado por el sufragio universal, lo que tampoco habría violado la norma. Pero, por alguna razón que desconozco, ya que no soy miembro ni administrador de esta organización, su dirección decidió que sería por delegados. ¡Y así se hará!

Le pregunté a un alto funcionario del PRM por qué los delegados y no por voto universal y secreto, a lo que me respondió: porque cualquiera de las dos modalidades hubiera dado el mismo resultado: José Ignacio Paliza, presidente y Carolina Mejía, secretaria general, porque era la decisión adoptada por la dirección nacional en consulta con los principales líderes. Y porque era más fácil, más barato y menos traumático. Además, agregó, los líderes están para liderar, para tomar decisiones que no siempre serán del agrado de todos.

Estoy convencido de una cosa: actualmente no hay posibilidad de una escisión dentro del PRM. Intentar la fragmentación en este momento sería desacertado, un error infantil. Eso no significa, por supuesto, que no sucederá en otro momento.

Sin embargo, esta misma dirección, encabezada por el presidente Luís Abinader, lejos de presumir de éxito, dado que la correlación de fuerzas lo favorece, debe actuar con prudencia, tolerancia y pluralidad. Para imponer una decisión, no se debe pisotear ni patear a nadie, ni ignorar las opiniones de la minoría. Las minorías son siempre relativas en política. El poder -lo digo siempre- es como un balancín: sube, pero baja. Nunca se queda en un punto.

Es como un péndulo. Además, la historia política enseña que los amigos de hoy son los enemigos de mañana. Y viceversa. No hay enemigos pequeños.

El PRM aún está en construcción, aún necesita estructurarse, disciplinarse y adoptar una línea programática que le dé sentido y lo diferencie de otros partidos. Las diferencias entre los principales partidos del país, PLD, FP y PRM, son mínimas. Los tres se parecen. Ninguna ideología los distingue y los separa. Las contradicciones entre todas las partes del sistema no son antagónicas. Representan los mismos intereses estratégicos.

A las mismas clases sociales, que no son obreros, campesinos, amas de casa, etc., aunque todos los mencionen y digan defenderlos.