El PLD, Collante, JCE y Blinken (OPINION)
Cuando el líder del partido morado se empecinó en llevar como candidato a senador por Santiago – sin fortalezas ni posibilidades evidentes de triunfo- al reformista de vieja militancia Marino Collante, la decisión apuntaba de inmediato a la comisión de una especie de “pecado sin provecho” en el pasado proceso electoral.
Desde el momento en que un Collante experto en la materia, por razones de salud no hizo el mejor papel en el debate con los demás aspirantes a representar a los cibaeños en el Senado, la organización que lo postulaba debió retirarlo. Su participación, contra vientos, mareas y remotas posibilidades, solo habría servido para restarle votos al candidato de la oposición, Demóstenes Martínez, beneficiar al aspirante del partido de gobierno y a confirmar la afirmación de Danilo Medina días antes de la celebración del evento, de que era “una alianza rara” lo anunciado por su organización, la Fuerza del Pueblo y otros partidos y movimientos políticos.
Y ahora Marino, lamentándose de que del PLD no salió el apoyo o la “logística” de campaña que él esperaba, manda una carta y, diciendo sin decir para no herir viejas amistades y compadrazgos, sencillamente deja claro que: «¡me fui!»… De ahí lo del “pecado sin provecho”, al medir los resultados en las urnas y la carta de renuncia de Marino del PLD.
El caso Abel
Pero más importante que esto es el revuelo levantado por el inesperado reclamo de paternidad que hace desde Estados Unidos una dominicana al excandidato presidencial morado Abel Martínez y que, por el momento, argumentos y forma escogidos para enviarlo al consumo del público, daría pie a sospechas de que pudiera tratarse de una campaña orquestada, quien sabe si desde adentro de su propia organización política, para sacarle de juego y cerrarle el paso a toda posibilidad de que intentara volver a aspirar a dirigir los destinos del país en el 2028.
Aunque Gonzalo Castillo -por haber sido un invento que derivó en la división del partido, por mostrar desinterés y los tropiezos con la justicia- no volvió a aspirar en el 2024, se entendía que Martínez tendría preferencia a la hora de definirse en el PLD el candidato del 28. Sin embargo, el caso que le han sacado ahora –con todo y que haya dado el frente– le deja mal parado; se le aleja la oportunidad de volver a encabezar la boleta electoral de su partido y ¿quién sabe? quizá hasta el propio PLD quede sin candidato. Claro, aspirantes hay, pero …Y ya uno lo dijo temprano.
JCE
Mientras tanto, no dilatado el Senado deberá escoger una nueva JCE. A simple vista, el titular Román Jáquez y los demás miembros del órgano electoral han pasado con buenas notas, mereciendo su ratificación. Por su desempeño hablan los resultados.
También están los suplentes, que en esta gestión han tenido funciones, como debe ser. Entonces, los senadores y el liderazgo del PRM, con mayoría decisoria, no deben distraerse ni perderse en lo claro con un desfile de aspirantes interminables por allí, sino aprovechar la experiencia acumulada y la capacidad ya probada de los titulares y suplentes actuales, para ratificarles o escoger entre ese activo conocido y a mano.
Con Blinken
En su momento, ni Bosch (derrocado), Balaguer, Hipólito, Leonel ni Danilo aceptaron la sugerencia extranjera de implementar en suelo dominicano un campo de concentración haitiana. Las presiones han seguido, ahora disfrazadas con denuncias alegres y pedidos indecentes de Amnistía Internacional.
Son otros tiempos, y como la visita del jefe de la diplomacia de EE.UU., Antony Blinken, a nuestro país coincide con el disco rayado del organismo internacional, ojalá al presidente Luis Abinader no se le ponga en apuros con pedidos parecidos e igualmente inaceptables, pues -con todo y la cortesía de lugar- frente a un visitante distinguido, el presidente nuestro está obligado por la historia, los principios y la dignidad patrios a seguir la línea de los antecesores en el poder citados más arriba. Duarte y otros grandes nativos ya no están, ¡pero todavía hay Patria!.
jpm-am