El Gobierno llama al diálogo antes de aprobar la confianza del P. Catalina

SANTO DOMINGO.- El exvocero presidencial Roberto Rodríguez Marchena dijo que el expresidente Danilo Medina se vio obligado a construir la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC), por la necesidad del país de producir energía a un precio razonable. , porque ningún empresario quería arriesgarse a construirlo.
“Obligados, por la necesidad que tiene RD de tener más y mejor producción de energía eléctrica, producida a menor costo y vendida a un precio razonable. Obligado, porque ningún empresario quería arriesgarse a construirlo. No tiene 2,5 billones de dólares ni préstamo a nadie”, dijo el exfuncionario, en una fila de publicaciones desde su cuenta oficial de Twitter.
Explicó que la planta aporta del 30 al 35% de la energía que atiende el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SENI) y que ha provocado la conversión de cerca de 900 MW de su matriz, permitió la construcción de un gasoducto, elimina cortes de energía y podría reducir el subsidio, además de pagarle al estado $15 millones al mes.
ABAJO LOS MENSAJES COMPLETOS DE MARCHENA:
“Danilo Medina se vio obligado a construir la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC) de 675 MW (netos). Entendió que la CTPC debe producir carbón y no gas, luego de conversar con Obama en Costa Rica.
Obligado, por la necesidad de RD de tener más y mejor generación eléctrica, producida a menor costo y vendida a un precio razonable. Obligado, porque ningún empresario quería arriesgarse a construirlo. ¡2.500 millones no los tienen y no son prestados a nadie!
La CTPC aporta del 30 al 35% de la energía servida por el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SENI). Propició la reconversión de casi 900 MW de su matriz, la construcción de un gasoducto, la desaparición de apagones y se logró reducir el subsidio.
Y, por si todo lo anterior fuera poco, la CTPC le paga al estado $15 millones al mes. Danilo Medina lo ha logrado, a pesar de las dudas, dificultades y resistencias encontradas en el camino.
La CTPC ha reconfigurado el mercado eléctrico de RD, demostrando que el estado puede intervenir y resolver dificultades o impasses que las empresas privadas no pueden resolver.
Una vez entregada y operativa la CTPC, el Estado tendría la posibilidad de recuperar la inversión, mediante la venta a empresas privadas -a valor de mercado- del 49% de las acciones de una sociedad que se crearía para su gestión. El estado dominicano mantendría el control.
Y esto, porque Danilo Medina entendió que una vez recuperada la inversión en la CTPC, se podrían emprender otros proyectos en los que las empresas privadas enfrentarían limitaciones financieras.
Siendo CTPC el principal proveedor de energía de RD y el más rentable, la eventual participación accionaria de empresas privadas debía estar rodeada de transparencia y garantías, porque la empresa privada que la controlaba «cortaría el bacalao» en el mercado de la electricidad.
Así, para la sociedad dominicana y en particular para las productoras, la gestión o la propiedad de CTPC podría comprometer su salud financiera. ¡No es un asunto menor lo que está en juego!
No advertimos que el actual gobierno dominicano fuera consciente de la oportunidad que tenía el Estado de fortalecer sus finanzas y su capacidad de acción al favorecer la confianza y no la recuperación de la inversión a través de la venta del 49% de CTPC.
Fiel a su creencia antipolítica de que las manos privadas manejan mejor el estado, el gobierno dominicano tomó una decisión que, en lugar de traer razonabilidad y satisfacción a ciudadanos y empresas, creó una turbulencia altamente divisiva.
En la población crece el sentimiento de querer tener una propiedad que se construyó con sus aportes fiscales para favorecer de manera opaca, no solo a cualquier empresario que pudiera estar interesado en invertir en CTPC, sino a los favoritos del gobierno.
Lo que debió ser un debate sereno y juicioso fue descarrilado por posiciones radicales e intransigentes de la población y líderes sociales, políticos, empresariales y de opinión, incluso cercanos al actual gobierno dominicano.
Y ante el gran asombro de un gobierno tan atento a la opinión popular, ha olvidado la esencia de la secuencia del genoma de la historia: la decisión política insuficientemente o mal comunicada, es o acaba siendo una mala política.
Lo prudente y conveniente es que el gobierno dominicano renuncie a la confianza, sopese mejor y recupere la confianza, porque la siguiente decisión en la mano podría ser qué hacer con las EDES, si privatizarlas o confiar en ellas”
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