¡Deja el nido!


El corazón nos detiene, pero la mente nos guía, por eso es crucial renovar nuestra mente, refrescar los ojos del entendimiento con el lavaojos puro de su palabra, y conocer a Dios primero por su amor, no por sus juicios. , sabiendo que un bebé conoce a su padre antes del puesto que ocupa. Conocerlo bien implica conectarse con su única misericordia, paz y seguridad. Es para llevarla a hombros para no sucumbir al espejismo que produce la horrible sed de sabiduría de los caminantes, es para llevarla con honor y dignidad para no distraerse con la altura de las demás palmeras. Conocerlo es echar raíces en el oasis de su ternura, esparcir el plumaje de la razón y volver desesperadamente al nido.

la entrada ¡Deja el nido! fue publicado por primera vez en el diario del caribe.



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