Como cada domingo: El Soberano, la esperanza


Este martes 15 de junio se monta en el Hotel Jaragua y una serie de locaciones, el Premio Soberano de la Asociación de Cronistas de Arte de República Dominicana, tras un receso desde 2019, con la esperanza de que sus galardonados con la estrella plateada, sean los merecedores de la distinción y que el espectáculo en que se entrega resulte el más lúcido y trascendente para una población que tiene más de año y medio de encierro.

El Soberano, además de ofrecer una producción cuidada al extremo, pensada para establecer precedentes en su trayectoria, tiene la obligación como premiación de trascender y quedar en la memoria de la presente generación.

El Soberano, que cuenta con una estructura de producción que se estrena y que persigue constituirse en una entrega que, sin caer en clichés, haga historia, tiene una responsabilidad clarísima: hacer justicia premiando a quienes lo merecen, respecto del universo a reconocer, entre los cuales es notoria la ausencia del merenguero Ala Jaza, uno de los de letras más limpias.

Respecto de los urbanos nominados, sería una afrenta premiar a alguno cuyas letras sean como resultan ser la mayor parte, un monumento al mal gusto, al sexismo y de exaltación a la violencia. Eso no debe ocurrir por el bien del premio. No desacreditar el premio debía ser la norma que guíe las acciones. Acroarte no se puede dar el lujo, en las circunstancias institucionales en que se encuentra, de fallar.

Y su Premio Soberano, debe ser incuestionable, aceptado por la gente y cronistas, por la calidad y consistencia de su significación. El Soberano es importante, necesario ahora más que nunca, por lo que se impone darle trascendencia y justicia.



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