Carta al presidente de la Junta Central Electoral

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6 de junio de 2024

Señor

Dr. Román Jáquez Liranzo

Presidente de la Junta Central Electoral

Ciudad

Honorable magistrado:

Reciba, ante todo, un cordial saludo y mi felicitación por la magnífica organización de las elecciones presidenciales y legislativas realizadas el pasado  19 de mayo. Quiero referirme, y también loar, la anunciada  renovación de la cédula de identidad y electoral, actividad  a iniciarse  el 26 de octubre de este año 2024.

Por lo que se ha informado, el nuevo  documento  contará  con medidas de seguridad llamadas a corregir las deficiencias del documento actual, lo cual es digno de encomio. Algo, sin embargo, señor presidente, me ha originado cierto escozor, y no en la piel: se trata de la publicidad divulgada por la Junta en torno a la nueva cédula, debido a la efigie que lo ilustra en el espacio donde va la foto del portador.

Por más dominicano que parezca su nombre -Karen María de los Santos- esa imagen no identifica a la persona dominicana. Los antropólogos han comprobado que el pueblo dominicano es mayormente mulato, con 75 por ciento de la población. Por igual tenemos un 15 por ciento de dominicanos negros y  menos de 15 por ciento son blancos, y de ese porcentaje pocos serán tan blancos y de nariz tan fina como Karen María de los Santos, la modelo de la JCE en la promoción de la nueva cédula.

Román Jáquez Liranzo, presidente de la JCE

Tanto más que las estadísticas derivadas de los censos o los estudios de los especialistas, la tipología racial de los dominicanos se aprecia en los centros de trabajo, en los juegos de beisbol, en las academias, en los cultos religiosos, e incluso en las características étnicas de los miembros de la Junta Central Electoral, todos los cuales revelan origen multirracial.

El Registro de Cedulación de la JCE  sirve también a los investigadores para establecer la condición racial de los dominicanos, no obstante que algunos se muestren  reticentes para declarar su negritud o  escondan la condición de mulatos en la palabra indio. Pero es muy cierto que  desde antes de la  fundación de la Republica Dominicana los habitantes de la parte oriental de la isla de  Santo Domingo eran un pueblo mulato, debido a acontecimientos ocurridos desde  la Conquista y Colonización. Todos los historiadores lo han admitido.

Hay dominicanos de  piel clara con rasgos negroides (labios, pelo…) y los hay también de piel oscura con pelo lacio y nariz recogida. Cualquiera de ellos nos representaría a todos mejor que la imagen de Karen María de los Santos, cuya tipología  remite a los blancos europeos.

Por estas razones, honorable presidente, me permito sugerirle -aunque  usted no me haya pedido consejo- variar la imagen humana con la que se promueve la nueva cédula y emplear una figura de auténtica representación del pueblo dominicano. Eso favorecerá el  proceso de renovación  de la cédula de identidad y electoral, documento indispensable para la vida en sociedad.

Atentamente,

Rafael Peralta Romero

Director general de la Biblioteca Nacional

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