Alianzas de oportunistas (OPINION)

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EL AUTOR es comunicador. Reside en Santo Domingo.

Dicen que «al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Que «el enemigo de ayer es el aliado de hoy”, y que en política «el fin justifica los medios». Además: “Todo buen árbol da buen fruto, pero el mal árbol da mal fruto”.

Estamos viviendo en la Era de los derechos; sin embargo, se está olvidando el nacimiento de los derechos políticos e ideológicos, porque todo ser humano tiene derecho a mirar a los ojos de al menos una persona y confiar en ella totalmente, sabiendo que esa persona nunca le hará daño deliberadamente y que sólo buscará su bien en la confianza que refleja la naturaleza del mismo Dios y su corazón, para el hombre establecer esa confianza y no destruirla.

La formulación de una alianza se hace con la finalidad de unir intereses mediante un pacto entre personas afines o con lazo de parentesco indirecto, lo cual indica que alguien toma un compromiso solemne; de que la Alianza no es sólo exigencia, sino también promesa. Es decir, que no es un juego en el cual unos ganan y otros pierden, porque todos necesitamos amigos, a otros seres humanos que, no teman pagar el precio de ser un verdadero amigo, porque una vez que te metes en la vida de alguien, no le vas a abandonar cuando vengan las dificultades, sino que vas a salvar todas las circunstancias: “hoy por ti y mañana por mí”.

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) demostró ser un buen árbol con muchas sombras, ya que muchos dirigentes de partidos de oposición se aprovecharon para arrimarse a esa organización, mediante alianzas supuestamente estratégicas con mira a los procesos electorales que se aproximaban. Por eso, el partido salió con una carretilla a recoger con dos “placas” y una pala,  a todos los paliduchos partidos sin posibilidades de alcanzar sus objetivos electorales, intercambiar apoyo de candidatos a curules de ambas organizaciones.

El PRM estuvo bastante claro en el sentido de la necesidad de formalizar alianzas “verdaderamente patrióticas”  con dirigentes oportunistas que tuvieran algún vínculo de afinidad con los tránsfugas o que en sus partidos sentían amenazados sus intereses comunes que serían de gran beneficio para el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza del Pueblo (FUPU) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), donde los líderes de esos grupos siempre mantuvieron intereses y finalidad política común para facturar en contra del PRM.

Así las cosas, ante la impotencia de los candidatos de esas organizaciones, muchos de sus dirigentes, prefirieron negociar personalmente con el PRM, y hacer yunta para las elecciones municipales de febrero y presidenciales y congresuales de mayo, concertando un pacto con exigencias, para luego cosechar buen fruto del gran árbol que da buena sombra, porque un proceso de alianza bien llevado, bien hecho, es un juego sumamente positivo para todos los participantes.

Como el fin justifica los medios, al PRM le importó las diferencias ideológicas y de conciencia histórica que existía entre los tránsfugas que firmaron un acuerdo, cuyas discusiones estuvieron enmarcadas dentro de un diálogo de respeto, donde no tuvo cabida la intolerancia, la arrogancia, la intransigencia y mucho menos, la violencia, ya que se trataba de la búsqueda del poder para el beneficio de las partes contratantes.

La política de concertación que propició Luis Abinader como el candidato del PRM, no solo fue buscando superar a Danilo Medina, quien ganó las elecciones del 2020 con un 62%; fue por reconocer la existencia de los cambios que se están operando en el mundo contemporáneo, del cual su partido es parte y no puede aislarse ni sustraerse. Es que negociar es buscar y lograr acuerdos mutuos, consensuales y satisfactorios para las partes, debido a objetivos coyunturales compartidos.

Como en la unión está la fuerza, Luis con sus acuerdos de aposentos triunfó en ambos torneos electorales, confió y entendió que muchas veces el enemigo de ayer no es el amigo de hoy, por eso hizo grandes esfuerzos para desaparecer del mapa político a todas las organizaciones que olvidaron y cambiaron sus principios ideológicos por el clientelismo, la corrupción y la demagogia, con una alianza de oportunistas.

jpm-am

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