Preocupación internacional por ataques cerca de central nuclear ucraniana


A pedido de Rusia, el Consejo de Seguridad de la ONU examinará este jueves por la tarde la situación de seguridad de la planta de Zaporizhia, ocupada por sus tropas desde marzo.

Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente de haber bombardeado áreas cercanas a la planta la semana pasada. No ha sido posible verificar estas afirmaciones de forma independiente.

Según las autoridades ucranianas, 13 personas murieron en la región de Dnipropetrovsk y una en Zaporizhia, ambas en el este, en un bombardeo cerca de la planta el martes por la noche.

El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), el regulador de seguridad nuclear de la ONU, Rafael Grossi, informará al Consejo de Seguridad sobre la situación en esta instalación.

La OIEA dijo que su informe detallará cómo el bombardeo del sitio la semana pasada «violó prácticamente los siete pilares esenciales de la seguridad nuclear» e intentará acordar una misión de expertos en la planta «antes de que sea posible».

El grupo de los siete países más industrializados (G7) exigió este miércoles que «Rusia devuelva de inmediato a su legítimo propietario soberano, Ucrania, el control total de la planta» y estimó que con su ocupación «pone en riesgo a la región».

El operador ucraniano Energoatom afirmó este martes que las fuerzas rusas intentaban establecer una conexión terrestre entre la central Zaporizhia y Crimea, anexionada por Rusia en 2014.

Situada cerca de la ciudad de Energodar, a orillas del río Dniéper y no lejos de la península de Crimea, la mayor central eléctrica de Europa cuenta con seis de los 15 reactores ucranianos, capaces de suministrar energía a cuatro millones de hogares.

El 4 de marzo, poco después del inicio de la invasión de Ucrania el 24 de febrero, la instalación pasó a estar bajo el control de las tropas rusas.

El presidente de Ucrania, Volodiimir Zelenski, subrayó este martes la importancia de la península de Crimea para Ucrania y reiteró que Kiev «nunca la abandonará».

Poderosas explosiones destruyeron el martes un depósito de municiones en un aeródromo militar ruso en Crimea, matando al menos a una persona e hiriendo a varias más, y provocando el pánico entre miles de turistas rusos en la península. Según el ejército ruso la deflagración no se debe a ningún tiroteo o bombardeo.

Ucrania no reconoció oficialmente su responsabilidad en el incidente, pero un asesor de la presidencia, Mijailo Podoliak, aseguró este martes en Twitter que «esto es solo el principio». «El futuro de Crimea es ser una perla del mar Negro (…), no una base militar para los terroristas», aseguró.

Por su parte, el parlamento de Letonia declaró este jueves a Rusia como «Estado patrocinador del terrorismo» y consideró que sus acciones en Ucrania constituían «un genocidio» contra el pueblo ucraniano.

En un plan financiero, los acreedores de Ucrania aceptaron una moratoria de dos años y el pago de su deuda externa de 20.000 millones de dólares, ante el severo impacto de la invasión rusa a su economía.

«Esto permite a Ucrania mantener la estabilidad macrofinanciera y fortaritar la sustentabilidad económica», dijo en Twitter el primer ministro ucraniano, Denys Shmygal.

El PIB de Ucrania podría alcanzar el 45% este año, según las últimas estimaciones del Banco Mundial.



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