Biden y Trump, cara a cara en un crucial debate presidencial Ensegundos República Dominicana


Ambos candidatos esperan que el enfrentamiento de hora y media les permita ganar votos entre los indecisos, que podrían ser claves en noviembre.

Los demócratas pagaron vallas publicitarias en Atlanta, donde se llevará a cabo el debate, en las que dan la bienvenida a Trump como «delincuente convicto» por la justicia.

Otros anuncios advierten del «programa extremista» del expresidente y lo describen como un peligro para la democracia, con imágenes del asalto de sus partidarios al Congreso hace tres años y medio.

En su red Truth Social, Trump les devolvió la pelota acusando a Biden de ser «una amenaza para la democracia y una amenaza para la supervivencia y existencia del país». Y en un comunicado su equipo de campaña lo tachó de mentir a la ciudadanía sobre la seguridad en la frontera con México y la migración.

Biden se presenta como garante de la democracia frente a un rival temperamental y propenso a digresiones falsas que nunca reconoció su derrota en 2020.

 

– Normas estrictas –

El debate será moderado por dos periodistas de la CNN, Jake Tapper y Dana Bash, siguiendo unas reglas estrictas.

En un intento por evitar la cacofonía del primer debate de 2020, durante el cual Biden y Trump se pasaron hora y media gritando e interrumpiéndose, la cadena apagará el micrófono a cada candidato cuando termine el tiempo de respuesta estipulado.

Además, el programa se desarrollará sin público ni teleprónter, el dispositivo que permite mostrar textos a los oradores para que los lean sin apartar la mirada de la cámara.

Biden, el presidente más viejo de la historia del país, pasó días preparando el debate con sus asesores. Tendrá que tranquilizar al país, más preocupado por su evidente deterioro físico que por el de su oponente, pese a que Trump solo es tres años más joven.

«En los medios de comunicación, muchos ya están dispuestos a entregarle un trofeo a Joe Biden si logra permanecer de pie durante 90 minutos», estimó Jason Miller, un asesor de la campaña republicana.

El expresidente insinúa que su rival será «dopado» antes de comparecer ante las cámaras.

 

– Visiones contrapuestas –

 

Estas elecciones enfrentan dos visiones radicalmente opuestas de Estados Unidos que giran sobre todo en torno al poder adquisitivo y la migración.

Biden intenta desmarcarse de la retórica de su rival, que acusa a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, de «envenenar la sangre» del país.

El debate de este jueves será excepcional en todos los sentidos.

Nunca antes los estadounidenses habían tenido que decidir entre candidatos tan viejos ni sopesar si confían las llaves de la Casa Blanca a un expresidente declarado culpable en un caso de pagos ocultos a una actriz porno y que se expone a una pena de prisión.

Tienen otra opción: el candidato independiente Robert Kennedy Jr, que denuncia su exclusión del debate.

Este sobrino del asesinado expresidente John Fitzgerald Kennedy, con muy pocas posibilidades de ganar, celebrará un acto el jueves en Los Ángeles (California), que será retransmitido en directo por la plataforma X.

Está previsto un segundo debate el 10 de septiembre, dos meses antes de los comicios.



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