Vacunación: Cuba prevé para noviembre la vacunación del 90% de la población y el retorno del turismo | Internacional

Cuba se prepara para abrir sus fronteras al turismo internacional y reactivar su principal industria a partir de mediados de noviembre, cuando prevé que el 90% de su población ya estará vacunada y considera que el número de contagios por coronavirus empezará a remitir. Luego de un año y medio de paralización turística por la pandemia –en los primeros ocho meses de este año ingresaron al país 163.700 visitantes, 95% menos que en el mismo período de 2019–, la isla necesita urgentemente movilizar al sector económico que trae más monedas frescas a las arcas del estado, en un momento en el que el país sufre una de las peores crisis de su historia, con una caída del 11% del PIB el año pasado.

Cuba

Hasta ahora, la política hacia el turismo internacional ha sido restrictiva, con solo tres destinos abiertos –Cayo Coco, Varadero y La Habana–, decenas de hoteles cerrados y diferentes requisitos a cumplir por diferentes tipos de viajeros. Desde principios de año, los turistas que llegaban a la isla debían presentar en su entrada un PCR negativo realizado 72 horas antes del vuelo –certificado internacional de vacunación no fue aceptado-, y en el aeropuerto se realizó un nuevo PCR, resultado de lo cual tuvieron que esperar en el hotel.

Ahora comienza un proceso de desescalada, que culmina el 15 de noviembre, cuando se abren todos los destinos turísticos, se reactivan todas las excursiones, tours y recorridos y se facilitan los trámites de ingreso al país. A partir de esa fecha se aceptará el certificado internacional de vacunación para ingresar a la isla – los visitantes que no estén vacunados deberán presentar el resultado negativo de un PCR -, mientras que los protocolos higiénico-sanitarios se centrarán en seguimiento de pacientes sintomáticos y toma de temperatura, realizando pruebas diagnósticas aleatorias, ya sea prueba de antígeno o PCR.

Desde que se detectaron los primeros casos de coronavirus en la primavera de 2020, Cuba cerró sus fronteras y estableció diversas medidas para prevenir la propagación de la epidemia, incluida la cuarentena obligatoria para todos los viajeros, restricciones de movilidad y toques de queda. A costa de sacrificar el turismo, el cierre fue efectivo durante los primeros ocho meses, manteniendo el número de infecciones en solo decenas de casos diarios. Pero a principios de este año la situación epidemiológica comenzó a descontrolarse, aumentando primero a cientos de casos al día y en los últimos meses a miles -el promedio en este momento es de unas 8.000 infecciones al día-, una curva que las autoridades sanitarias consideran que comenzará a declinar en las próximas semanas como consecuencia de la masa actual. campaña de vacunación.

La Habana apostó desde un principio por la inmunización de su población con sus propias vacunas. Por el momento la isla tiene tres vacunas –Soberana 02, Abdala y Soberana Plus-, aprobado por la agencia reguladora cubana este verano y que ahora las autoridades sanitarias someterán al proceso de aprobación internacional por parte de la OMS. El esquema de vacunación cubano contempla tres dosis, y su efectividad, según los centros de investigación que han desarrollado los fármacos, es del 92%, similar a la de Pfizer, Jansen o Moderna.

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Según fuentes del Ministerio de Salud, en este momento cerca del 38% de los 11 millones de cubanos ya están inmunizados con los tres pinchazos, mientras que más del 42% tienen dos dosis y el 54,5% una. El propósito es tener el 90% de la población vacunada para el 15 de noviembre, cuando comienza la temporada alta y el país se abrirá al turismo, eliminando la mayoría de las restricciones vigentes hasta el momento.

Para Cuba es de vital importancia reactivar su principal industria en estos momentos de crisis y aguda falta de liquidez. Antes de la pandemia, el turismo aportaba más de 3 mil millones de dólares a la economía nacional y alrededor del 19% de los ingresos totales por exportaciones de bienes y servicios. Hoy estas cifras se han desplomado, aunque los males del sector turístico cubano comenzaron antes de la pandemia. En 2019 la previsión era recibir 4,7 millones de turistas, pero debido a las sanciones impuestas ese año por la administración Trump – la prohibición de los cruceros, la eliminación de la mayoría de los vuelos directos y las restricciones a los viajes en América del Norte – el número de visitantes se redujo a 4,2 millones. En 2020, ya en medio de la pandemia, apenas se superó el millón de turistas.

La Habana ahora pretende recuperar la actividad turística y para ello implementa una nueva estrategia, que ante todo significa facilitar los viajes a la isla. Además de permitir que los turistas ingresen al país solo con el certificado internacional de vacunación y permitir su movilidad, reactivar todas las excursiones y recorridos y reabrir todos los balnearios, se han planificado nuevos protocolos de salud para garantizar un turismo más seguro, incluida la administración de una dosis de refuerzo de la vacuna para todos los trabajadores del sector. Cuba también acaba de autorizar el uso pediátrico de sus vacunas -a partir de los 2 años de edad- ya partir de noviembre también se eliminarán las cuarentenas y restricciones para operar en el sector privado, apostando por la progresiva normalización.

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