Una niña de ocho años es expulsada de su colegio por decirle a otra chica que estaba enamorada de ella

Una niña de ocho años ha sido expulsada del colegio de primaria cristiano en el que estudiaba en Owasso, en Oklahoma (EE UU), por confesarle a otra chica que estaba enamorada de ella, según ha contado su madre, Denise Shelton.

Los hechos tuvieron lugar la semana pasada, cuando Chloe Shelton declaró sus sentimientos a una compañera suya de segundo curso en el Rejoice Christian School. Tras escuchar lo ocurrido, los profesores obligaron a la pequeña a salir del recreo y a permanecer sentada en el despacho del director varias horas, perdiendo tiempo de clase, informa CNN.

«Antes de que me llamaran, el subdirector le dijo a Chloe que la Biblia dice que las mujeres solo pueden tener hijos con un hombre y me preguntó cómo me sentía acerca de que a las chicas les gusten las chicas. Le dije que no veo ningún problema con eso», explica la mujer.

Ese día tuvo que llevarse a su hija a casa mientras los responsables del centro le pedían que no la llevara el viernes. Al día siguiente, el director se puso en contacto con ella para comunicarle que ni Chloe ni su hermano de cinco años podían regresar al colegio porque sus ideales no se correspondían con los de la escuela.

Shelton ha asegurado que «me tomaron por sorpresa. Estaba enojada, herida, traicionada, triste… tantas emociones diferentes. No podía creerlo. Le pedí [al director] que tuviéramos una reunión para discutirlo y procesarlo mejor, pero él se negó, diciendo que ‘no era necesario discutir nada más», narra.

Por su parte, el director del colegio, Joel Pepin, ha evitado hacer ningún comentario sobre lo sucedido con Chloe alegando que «debido a la privacidad y otros factores, es política de la escuela abstenerse de comentarios públicos sobre cualquier estudiante o familia en particular».

El manual de la escuela prohíbe

Rejoice Christian School posee un libro de conducta que todos los alumnos deben seguir. Entre sus normas, se recoge que «cualquier forma de inmoralidad sexual», como «profesar ser homosexual o bisexual», va en contra de sus creencias, por lo que supone motivo de expulsión.

Así pues, todos los estudiantes que no se «ajustan a los estándares e ideales del trabajo y la vida» en el centro, dejan de tener el «privilegio» de estudiar allí. Tampoco pueden hacer demostraciones públicas de afecto como darse la mano o abrazarse, y las personas que se queden embarazadas se enfrentan a la expulsión inmediata a no ser que sean «confinadas en casa» para que el resto de alumnos «no se sientan atraídos por un mal ejemplo para hacer lo mismo».

Shelton ha asegurado que no había leído expresamente el manual cuando apuntó a Chloe con cuatro años al colegio, aunque tampoco sabía que confesaría sus sentimientos a otra chica. Además, defiende que «no fue una relación ni una práctica, simplemente un gusto. Para una niña de 8 años, eso podría significar que realmente disfruta jugar en el patio de recreo con ella».

Chloe lo ha pasado muy mal durante la semana, según ha revelado su madre, ya que no paraba de llorar preguntando si Dios ya no la amaba. Sin embargo, su caso ha causado tanto revuelo en Estados Unidos que muchas personas han decidido escribirles mensajes de apoyo o enviarle regalos para animarla, entre ellos, Kylie Holden, una joven de 26 años que estudió en la misma escuela y que es abiertamente bisexual.

La chica ha explicado que vivió sus años en el colegio entre amenazas de expulsión y que tanto ella como sus amigos no pudieron decir públicamente cuál era su orientación sexual hasta que se graduaron. «Ese es el tipo de cosas nocivas con las que lidiarás por el resto de tu vida», ha asegurado, añadiendo que «no quiero que ella se sienta como nosotros. No quiero que crezca pensando que no vale la pena, porque eso no es cierto».

Chloe ya ha recibido más de 150 mensajes de ciudadanos de todo el país que se muestran orgullosos de ella y la quieren tal y como es. «Se siente tan amada y apoyada ahora debido a tantas personas increíbles que se han acercado a nosotros», cuenta Denise, que asegura que su hija «está emocionada por otro comienzo en una nueva escuela».



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