Una niña de cuatro años lleva cuatro meses dando positivo en coronavirus



Tiene cuatro años y lleva cuatro meses prisionera del coronavirus o, más bien, de las medidas para evitar el contagio. Es el drama que vive una niña de Milán (Italia), que comenzó a mostrar síntomas de la enfermedad hace 120 días y no deja de dar positivo en las pruebas de la COVID-19.

Fue el 24 de marzo cuando la pequeña comenzó a presentar sintomatología, después de que algunos miembros de su familia los hubieran padecido con anterioridad. Tenía fiebre alta y problemas para respirar y acudieron al centro sanitario. Al no percibir problemas pulmonares, los médicos la enviaron a casa sin hacerle ninguna prueba y permaneció allí aislada hasta principios de mayo, según cuenta el Corriere della Sera.

El 14 de ese mes, a la pequeña le aparecieron unas manchas en las manos. La madre, asustada, pensó que podía tratarse de una complicación de la enfermedad -en aquellos días se hablaba del síndrome de Kawasaki- y decidió volver al médico. En ese momento, le hicieron un test de anticuerpos (en el que aparecieron inmunoglobulinas IgG, que demostraban que había pasado la COVID-19) y una PCR que resultó «débilmente positiva».

Tras estas primeras pruebas, le hicieron cuatro más que arrojaron resultados contradictorios: débil, positivo y negativo. Todas ellas, concentradas en un mes, jugaron con las esperanzas de la pequeña y de sus padres, descorazonados cada vez que veían cómo no terminaba de curarse.

Después de todos estos test, la niña acabó teniendo pesadillas con «monstruos y doctores perversos» de las que se despertaba gritando, explica la madre. Además, la pequeña comenzó a tener problemas de conducta, como el rechazo al contacto o a subir al coche. Ante esta situación, la familia se negó a exponerla de nuevo al estrés de someterse a más pruebas.

Actualmente, la niña no tiene síntomas y, aunque los médicos creen que ya no resulta contagiosa, ninguno se arroga la responsabilidad de darle el alta. No obstante, la madre ha informado a las autoridades sanitarias de que la pequeña ha vuelto a una vida «más o menos normal», a lo que no han puesto ninguna objeción.



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