Una niña de 9 años que murió en Londres

Un tribunal del Reino Unido dictó esta semana una sentencia sin precedentes al reconocer a la primera víctima mortal de la contaminación del aire en el mundo. En su fallo, los jueces determinaron que la polución fue un factor que contribuyó a la muerte prematura de Ella Kissi-Debrah, una niña de 9 años que vivía en Londres y falleció en 2013.

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Su certificado de defunción es el primero que contempla la contaminación del aire como causa de la muerte, de acuerdo con una información publicada por el periódico ‘The Guardian’.

Ella Kissi-Debrah residió durante su corta vida muy cerca de carreteras por las que, a diario, circulaban miles de coches. Esto hizo que estuviera expuesta a elevadas emisiones de dióxido de nitrógeno y otras partículas nocivas, unos niveles de contaminación que superaban los permitidos por organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La contaminación hizo mella en la salud de Ella: sufrió un asma muy grave que incluyó episodios de paro cardíaco, por lo que tuvo que pasar muchas veces por el hospital durante su vida. Desde los 7 hasta los 9 años, cuando murió, sus pulmones llegaron a colapsar total o parcialmente en cinco ocasiones distintas, tal y como quedó demostrado durante el juicio.

La reciente sentencia es, en gran parte, una forma de reconocimiento para Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, la madre de la pequeña Ella. Desde que murió su hija, la mujer no ha dejado de luchar para buscar justicia. «Solo deseo que ningún niño pase por lo que ella pasó», afirmó esta semana tras conocerse el fallo.

Aunque el caso de la muerte de Ella Kissi-Debrah no obligará directamente al gobierno del Reino Unido a implementar cambios respecto a la política medioambiental contra la contaminación, sí que podría presionar a los reguladores y empresas para que luchen contra los niveles elevados de polución. Estos efectos también podrían trasladarse a otros gobiernos del mundo.

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