Un niño español de 9 años descubre desde Moscú una supernova en la constelación ‘Pez volador’

EFE

  • Ha sido descubierta desde el círculo astronómico del centro educativo Na Donskói en Moscú, Rusia. 

El remanente de la supernova SN1006

Un niño español de nueve años, Diego Fernández Ortiz, ha descubierto desde Moscú una supernova en la constelación del Pez Volador, conocida también como Volans, con ayuda de imágenes captadas por el telescopio australiano T31.

El precoz astrónomo aficionado se ha convertido en el más joven descubridor de una supernova, hallazgo en el que tuvo como coautores a los escolares rusos Kiril Iónov, Ivaán Spásich y Denis Vdovin, de 13, 12 y 14 años, respectivamente, todos ellos miembros de un círculo astronómico del centro educativo moscovita Na Donskói.

Nada parecía indicar que el sábado 1 de diciembre sería especial para el círculo astronómico dirigido por Denis Denisenko, que ese día encargó a sus pupilos examinar un sector del cielo de la constelación del Pez Volador.

Fue entonces cuando Diego, natural de Cieza (Murcia), se fijó en que había un punto brillante que no figuraba en la imágenes anteriores y de inmediato comenzaron las comprobaciones. Había descubierto una supernova de magnitud 17.1, que recibió el nombre de PSN-DNTTM.

El joven lo explica emocionado

Su padre, Antonio Fernández, oficial del Consulado de España en Moscú, se enteró del hallazgo solo cuando fue a buscarlo al centro educativo, pues Diego, a diferencia de casi todos los chicos de su edad, no lleva teléfono móvil.

«‘Papá he descubierto una supernova’, me dijo emocionado, pero su tutor lo estaba aún más», dice Antonio en una conversación con Efe en la que Diego es el gran protagonista. Con gran seriedad, el niño cuenta que se aficionó a la astronomía a los tres años, «A los seis años vi un documental de física cuántica y otro de mecánica cuántica», decía el pequeño.

«Alguna vez me pasa que veo que alguna estrella cambia de luminosidad, pero luego resulta que es solo por el tipo de imagen». «Pero cuando lo comprobamos, vimos que no había sido descubierta», dice con orgullo, y añade que vio la supernova solo unos segundos antes que su tutor.

El futuro astrónomo, además de español, habla perfectamente ruso e inglés, y usa internet solo como instrumento de consulta. «También me gustan las matemáticas, la biología, la robótica, la geología y… los dibujos animados», dice Diego, que entre los deportes prefiere el tenis.

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