Un incendio en el límite de Burgos con Cantabria quema más de 200 hectáreas en alta montaña | España

EL PAÍS


Un incendio desatado desde finales de la semana pasada ha quemado más de 200 hectáreas en el norte de Burgos, en la frontera con Cantabria. Las llamas, según residentes en esta zona montañosa, comenzaron en la montaña de Espinosa de los Monteros (Burgos) el viernes y ganaron fuerza a partir del domingo, cuando el fuego acabó siendo declarado de nivel 1 de peligrosidad sobre un máximo de 3. Los bomberos están teniendo dificultades para extinguir el fuego en espacios de difícil acceso por la orografía, de forma que solo pueden actuar los medios aéreos. Castilla y León y Cantabria han movilizado a sus efectivos para tratar de extinguirlo, a los que se han sumado los del Ministerio de Transición Ecológica.

Las llamas han ido reduciendo su impacto en la zona sur del monte burgalés, en los parajes de Estacas de Trueba, mientras que en la cara norte, el Pico de la Miel (Cantabria), los focos siguen activos y los bomberos tiene dificultades para abordarlas. El delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, Roberto Saiz, considera que el tramo sur del incendio ha quedado “estabilizado”, pero incide que en suelo cántabro sigue “muy activo”. El gobierno de Cantabria ha movilizado un helicóptero y recursos terrestres. Pablo Palencia, consejero cántabro de Medio Ambiente, ha destacado la complejidad de la tarea: “Es una zona inaccesible y se está tardando bastante en controlar las llamas que están afectando tanto a la cara sur como a la cara norte del valle”.

El helicóptero ‘Maya Dama’ del Gobierno de Cantabria, durante su colaboración en las tareas de extinción que coordina la Junta de Castilla y León.Gobierno de Cantabria

Cantabria mantiene el nivel 2 de alerta por incendios forestales en 8 de sus 13 comarcas forestales: Liébana Occidental, Liébana Oriental, Nansa, Cabuérniga, Besaya, Pas, Pisueña-Miera y Asón.

Pese a la actual época invernal, las temperaturas altas de estas semanas y la escasez de precipitaciones favorecen la expansión de las llamas, especialmente en zonas de bosque bajo como las afectadas entre Burgos y Cantabria.

Diego de la Iglesia, un vecino que reside cerca del incendio, explica que las primeras chispas comenzaron en la noche del miércoles pasado, el 31 de enero, tal y como acredita una cámara web de una cercana casa rural. Ese día el cielo estaba despejado y no había tormenta alguna. “El fuego estuvo los dos primeros días fuertecillo, pero luego hubo un parón grande, se veía un hilillo de humo solo y luego ya el sábado por la tarde volvía a reanimarse”, apunta, mostrando fotografías de la evolución de las llamas.

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