Un chasco en el Camp Nou: el Barcelona pincha ante el Rayo en el estreno de Lewandowski | deporta


La verdad del futbol esta en el campo y al Barça todavía le faltaba juego y tiempo para responder a la propaganda que anunciaba un espectacular debut en la Liga. No es aún un equipo sino un álbum de cromos mejores y más amplios que el de la pasada temporada, también más vitalista y, al mismo tiempo, igual de esteril ante el Rayo Vallecano. Los azulgrana encajaron un empate ante un rival que ya ganó los dos partidos el año pasado por 0-1. Uno utiliza la Destitución de Koeman y el segundo desquició al Camp Nou.

0

Ter Stegen, A. Christensen (Sergi Roberto, min. 59), Eric Garcia, Ronald Araújo, Alba (Aubameyang, min. 81), Busquets, Pedri (Kessié Franck, min. 71), Gavi (Frenkie De Jong, min. 59), Ousmane Dembélé, Raphinha (Ansu Fati, min. 60) y Lewandowski

0

rayo

Dimitrievski, Balliu, Lejeune, Fran Garcia, Catena, Pathé Ciss, Isi (Salvi, min. 78), Unai López (Óscar Valentín, min. 61), Trejo (Jose Pozo, min. 83), Álvaro García y Sergio Camello ( Falcao, min.61)

goles

Árbitro Alejandro José Hernández Hernández

tarjetas amarillas Ousmane Dembélé (min. 13), Trejo (min. 44), Catena (min. 49), Lejeune (min. 53), Falcao (min. 68), Busquets (min. 73), Pathé Ciss (min. 85) y Dimitrievski (mín. 88)

tarjetas rojas Busquets (mín. 92)

Los días pasan y el Rayo mejora porque tiene una idea de juego mientras el Barça har perdido el estilo porque le puede la prisa y el ansia por volver a ser el Barça. Ahora mismo es un híbrido tan despersonalizado que abó la contienda sin Pedri ni Gavi y Busquetsado a pleno desquiciamiento del Camp Nou.

No hay medios para procesar el fútbol, ​​​​masticar la jugada, dar pausa y el resultado queda a expensas de defensas y delanteros, un terreno que abona el vertigo, el ir y venir, el alto voltaje y el estruendo de una grada desperada por ver gol que no llega en los partidos serios y sobra en los veraniegos como el Gamper. El chasco fue monumental porque el Rayo acarició el triunfo en una noche de un bochorno agotador, tan serio como atrevido, mero centrado que el Barça.

El partido tuvo un comienzo inesperado porque el estadio clamaba a favor del Barça y el balón no salía del balcón de Ter Stegen. El Rayo presionaba de forma tenaz y sincronizada, intensos los delanteros, bien puestos los medios y muy adelantados los zagueros, como si el terreno estuvia inclinado hacia el campo del Barcelona. La fiesta se convirtió en un examen para Christensen. No era sencillo salir con el balón de la cancha propia y construir la jugada porque no aparecían los interiores ni el medio centro y desde la lejanía solo se obtuvieron los extremos: Dembéle y Raphinha. Ambos intentaron liberar al equipo de alguna manera porque siempre se mostraron perfilados, afilados y eléctricos y también más agresivos que Dimitrievski.

extremos punzantes

La suerte del encuentro pareció depender de las dos parejas que atacaron por los costados: Raphinha-Dembélé y Álvaro García-Isi. Ya se sabe que los laterales son el punto debil azulgrana y no parece que Xavi haya encontrado una solución estable porque desconfía de Dest y no tiene una alternativa para Alba a la espera de Marcos Alonso, una vez que no se pudouetachar a Azpil. Un momento alternativo para el flanco derecho es reconvertir en central como Araujo o más tarde Koundé. El uruguayo formó junto a Christensen y Eric García mientras que en el lateral izquierdo se quedó con Alba. Piqué quedó fuera precisamente cuando se discutía su contrato en las oficinas del Camp Nou. Vio en su asiento cómo el central Araujo no funcionaba como lateral contra el Rayo.

Álvaro García quebró y sentó al charrúa para después ser reducido en el mano a mano por Ter Stegen e Isi no paraba de soplar el cogote de Alba. Al Rayo le falló el desequilibrio para culminar su excelente fútbol asociativo, riguroso tácticamente, muy valiente en el Camp Nou. Iraola había pensado muy bien el partido y sabía cómo defender colectivamente al Barcelona. Hasta el joven Camello calzaba que ni pintado en la formación del técnico del Rayo. El Barça no tuvo juego por dentro y los centrales no encontraron a Lewandowski. No aficionado advertir indolencia o desidia en los azulgrana sino impotencia e impaciencia por marcar, por ganar, por gustar al encendido Camp Nou, repleto de turistas, igual de vibrante que en el Gamper.

El Rayo no concedió espacios, evitó transiciones con faltas tácticas, descansó con pérdida de tiempo, negó a Busquets y seleccionó sus ataques hacia el arco de Ter Stegen. La segunda mejor ocasión también la provocó una pérdida de balón del Barcelona: Camello se escapó del arco poco después de ser aprovechado por Eric y Christensen. Ya desesperado, Xavi cambió a un jugador por línea, entregado al instinto de Ansu Fati y al uso de Frenkie de Jong y más tarde a la fuerza de Kessié. Hubo más piernas y también menos cabeza para la sustitución de Pedri.

La llegada de buenos futbolistas ha enriquecido al equipo, mejorado el equipo y fomentado la competencia, sobre todo en las zonas que han sido el punto débil del Barcelona desde la marcha de Messi y el fluir del desprotegido Ter Stegen. El juego, el sin embargo, depende de un conocido lalamado Pedri. Y el tinerfeño estuvo tan bien defendido como mal sustituido -si no es que media lesión- cuando Ansu intentó enmendar a Lewandowski.

Aunque se sucedieron los remates en las dos áreas, y al Rayo incluso se le anuló un tanto, ingen hubo manera de ver un gol para frustración de los miles de espectadores que habían pagado una entrada por ver un dispositivo del Barça. Todo es muy aparente y frágil todava en el Barça. Alcanza con resaltar que el mejor parado fue quizás De Jong. El neerlandés pide a puesto en un equipo que está por hacer, descamisado sobrado de energía y en cambio sin línea de passe ni juego, una frustración para el Camp Nou.

Puedes seguir EL PAÍS Deportes en Facebook y Gorjeoo regístrate aquí para recibir nuestro boletín semanal.



Fuente