un campo, dos equipos y una cabra decapitada

A simple vista, podría confundirse con un inofensivo juego tradicional ecuestre, pero se trata, en realidad, de uno de los deportes más macabros del mundo. Es el ‘kokpar’ y, para practicarlo, son necesarios dos equipos de diez o doce jinetes, un campo y el cadáver decapitado de una cabra.

Conocido también como ‘buzkashi’, es un juego típico de los pueblos túrquicos nómadas, que se desplazaron durante siglos hacia el oeste desde China y Mongolia. En la actualidad, se practica eminentemente en Asia central, en países como Afganistán, Uzbekistán, Kirguistán, Kazajistán y Tajikistán.

Existen varias modalidades de ‘kokpar’, que son diferentes según el país. Una de las más simples es el ‘tudabarai’, en el que cada equipo debe agarrar el cadáver de la cabra -sin cabeza ni extremidades- y llevarla en cualquier dirección con el objetivo de deshacerse de los miembros del equipo contrario

Para conseguirlo, los participantes zarandean el cuerpo mutilado de la cabra y se sirven de zapatos de tacón y látigos para azuzar a sus caballos.

Otra modalidad es el ‘qarajai’, en la que los jugadores deben llevar el cadáver alrededor de una bandera en un extremo del campo y, luego, lanzarlo a través de una portería aérea -denominada ‘círculo de la Justicia’- en el otro lado.

En los últimos años, diversas Federaciones Olímpicas han intentado frenar la violencia de esta disciplina. Anteriormente, los jugadores tenían carta blanca para herir a sus oponentes, pero ahora la presencia de un árbitro limita el uso de los latigazos a los caballos.

No obstante, la barbarie de este tipo de juegos no es exclusiva de Asia Central. Las asociaciones ambientalistas llevan décadas pidiendo una legislación que prohíba estas prácticas en todo el mundo.



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