Un avión militar derriba accidentalmente a civiles en Nigeria

Lagos (EFE) .- Un avión militar nigeriano destinado a atacar la lucha antiterrorista mató accidentalmente a un número indeterminado de civiles en el noreste del país ayer miércoles, según confirmaron hoy fuentes militares y de la sociedad civil.

El avión militar realizó «disparos de prueba» en la ciudad de Yunasari, en el estado nororiental de Yobe, que probablemente mató y hirió a civiles, confirmó hoy el portavoz de la Fuerza Aérea de Nigeria, Edward Gabkwet, en un comunicado.

«Desafortunadamente, los informes que llegaron al Cuartel General de la Fuerza Aérea de Nigeria indicaron que algunos civiles murieron por error, mientras que otros resultaron heridos», dijo Gabkwet, revelando que se ha establecido un equipo de investigación para investigar los hechos.

«Sí, hubo un incidente, pero no tengo los detalles», confirmó hoy a Efe el portavoz de la policía estatal de Yobe, Dungus Abdulkareem.

Por otro lado, un vecino de Yunasari, Ibrahim Kolo, también aseguró hoy a Efe que el número de civiles muertos ascendía al menos a siete.

«El avión disparó contra el pueblo y al menos siete personas murieron después», dijo Kolo, según quien al menos 37 posteriormente debieron recibir atención médica en el hospital de la cercana localidad de Geidam como consecuencia del ataque.

El yihadismo golpea el noreste de Nigeria desde 2009, cuando el grupo Boko Haram –que se había creado en 2002 en Maiduguri para denunciar el abandono del país por parte de las autoridades– se radicalizó tras la muerte de su líder espiritual, Mohameh Yusuf. por la Policía de Nigeria, que hasta entonces había sido el único foco de sus ataques.

Desde entonces, Boko Haram y su facción rival desde 2015, el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (ISWAP), aterrorizan a los estados del noreste de Nigeria con el objetivo de imponer un estado de corte islámico en el país, con mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.

La violencia de Boko Haram ha provocado la muerte de unas 35.000 personas en Nigeria y el desplazamiento interno de más de dos millones, según la ONU.