tiene 21 años y era conocido por «violento» y «paranoico»


Estados Unidos sufría este lunes el segundo tiroteo en apenas seis días y marcaba de negro una jornada que culminaría con la muerte de diez personas en el mayor tiroteo del país desde agosto de 2019, cuando un hombre armado mató a 23 personas en un centro comercial de Texas.   

Sobre las 14,30 horas, un hombre armado con un fusil de asalto abrió fuego en el interior de un supermercado de la ciudad de Boulder, al norte de Denver. El caos y el terror se desataba al momento y decenas de clientes buscaban una salida para evitar ser alcanzados por el atacante. Muchos lo consiguieron, pero 10 personas -entre ellas un policía que había acudido al lugar- fueron asesinadas, abatidas a tiros en el interior del edificio.  

La pesadilla terminaba poco después, cuando finalmente detenían al atacante, que resultó herido en la pierna tras el tiroteo con los agentes y fue trasladado al hospital antes de ser ingresado en una cárcel del condado. Todavía no se conocen las razones que llevaron al autor a cometer tal crimen, pero, según aseguró en rueda de prensa el fiscal del distrito de Colorado, Michael Doughery, «la investigación está todavía en su primera etapa», por lo que todavía se desconocen los posibles motivos del ataque, ni tampoco si hay relación alguna entre el detenido y el supermercado. 

¿Quién es el autor del tiroteo?

La policía de Boulder ha identificado al detenido como Ahmad Al Aliwi Alissa, un joven de 21 años, procedente de Arvada (a unos 34 kilómetros de Boulder) y había vivido «la mayor parte de su vida en Estados Unidos», según informó la jefa de Policía de la ciudad, Maris Herold. 

Ahmad ha sido acusado de 10 cargos de asesinato en primer grado y será trasladado a la cárcel del condado a lo largo de este martes, señalan en un comunicado

Poco más se sabe del detenido, cuya nacionalidad tampoco ha querido ser desvelada por las autoridades policiales, aunque la ‘CNN‘ avanza que Alissa, cuya familia emigró de Siria en 2002, puede haber estado sufriendo una enfermedad mental, según su hermano Ali Aliwi Alissa. «Siempre sospechó que alguien estaba detrás de él, alguien lo perseguía», aseguró.

Según capturaron algunas cámaras, Ahmad Al Aliwi Alissa salía del recinto descalzo, sin camiseta y con un pie sangrando, al resultar herido durante el encuentro con la policía, que ha confirmado que tuvo que recibir cuidados médicos.  

Violento y paranoico 

Antiguos compañeros suyos del instituto han declarado a medios locales que Alissa era una persona violenta, con mucho mal genio y algo paranoico. «Era un poco aterrador estar cerca», reconoció a ‘The Denver Post‘ Dayton Marvel, un excompañero del detenido, con quien competía en el equipo de lucha libre del Arvada West High School. Marvel asegura que incluso una vez, en un arrebato de rabia, llegó a amenazar con matar a gente durante un partido del equipo.

«En su último año, durante las luchas para ver quién llega al equipo universitario, perdió su combate y gritó en la sala de lucha libre que iba a matar a todos», explicó Marvel, añadiendo que «nadie le creyó. Nos asustó un poco, pero nadie hizo nada al respecto».

Otro compañero del equipo de lucha libre, Ángel Hernández, también ha contado que con frecuencia y de forma casi obsesiva pensaba que la gente de su alrededor estaba hablando de él. «Siempre estaba hablando de cómo la gente lo miraba y nunca había nadie donde señalaba», aseguró Hernández al mismo medio, al que también ha declarado que a menudo mostraba cierta preocupación «paranoica» por ser atacado por su fe musulmana. 

«Cuando te acercabas, siempre estaba muy alegre y agradable. Pero se notaba que había un lado oscuro en él» 

Ya siendo mayor de edad, con 18 años, el joven fue declarado culpable de agresión menor en 2018 y sentenciado a dos meses de libertad condicional y 48 horas de servicio comunitario por atacar a un compañero de clase. Según una declaración del caso, Alissa golpeó a un compañero en la cabeza al que, a pesar de desplomarse en el suelo por el golpe, continuó golpeándolo, provocándole magulladuras y cortes en la cabeza. El joven alegó posteriormente que lo había hecho porque «se había burlado de él y lo había llamado por apodos raciales semanas antes».

«Lo triste de todo esto es que si realmente llegaras a conocerlo, era un buen tipo», aseguró Hernández. «Cuando te acercabas, siempre estaba muy alegre y agradable. Pero se notaba que había un lado oscuro en él. Si se enfadaba por algo, en una fracción de segundo, era como si algo se apoderara de él, como un demonio. Simplemente desataba toda su ira», añadió. 

Compró el arma siete días antes del ataque

Según la policía, Alissa compró una pistola ‘Ruger AR-556’ el 16 de marzo, siete días antes del ataque. Se trata de un arma muy parecida a un rifle y con una capacidad de 30 rondas de munición.

En el periódico ‘The Denver Post’ señalan que uno de los familiares del detenido declaró a la policía haber visto a Alissa «jugando» con un arma parecida a una «ametralladora» dos días antes del ataque. «Alissa había estado hablando de tener una bala atascada en el arma y estaba jugando con el arma», decía la declaración jurada. 





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