Telefónica diseñará un plan para el desmantelamiento progresivo de las últimas casetas | Compañías

Se acerca la desaparición de las cabinas telefónicas en España. El proyecto de la nueva Ley General de Telecomunicaciones (se prevé su aprobación en el segundo trimestre de 2022), que incluye la normativa del Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas, ya deja claro que la eliminación de elementos obsoletos como las cabinas telefónicas estar establesido. o los guías. Algunos activos considerados casi vintage, cuyo uso por parte de los usuarios es prácticamente inexistente en la actualidad.

En este escenario, Telefónica tiene previsto diseñar un plan de desmantelamiento progresivo de las casetas en toda España, que se concretará en función de la homologación y los requisitos que dicte la citada nueva normativa sectorial.

Los stands han formado parte de la historia de Telefónica desde prácticamente su fundación. La primera cabaña se instaló en Madrid, en el Parque del Retiro, en el entonces Parque Viena, hoy Parque Florida, en 1928, tan solo cuatro años después de la creación del propio operador, bajo la presidencia de Estanislao Urquijo. Inicialmente, bares y hoteles fueron los lugares donde se instalaron las primeras cabinas, conocidas en un principio como teléfonos públicos.

Años más tarde, en 1966, el operador decidió instalar equipos en la vía pública. Madrid y Barcelona fueron las primeras ciudades en ver cómo los famosos stands aparecían en sus calles, proliferando y extendiéndose por varios puntos de España en los años 70.

En España, a finales de 2020, existían 14.824 cabinas telefónicas, aunque su uso no ha dejado de caer en los últimos años. De hecho, durante el último año, apenas registraron una media de 0,17 llamadas diarias, que es una llamada semanal media. Su uso se había reducido a menos de la mitad en los dos años anteriores, cuando se registró una media de 0,37 llamadas diarias por cabina, es decir, un uso cada tres días.

Telefonía móvil

La irrupción de la telefonía móvil, a partir de la segunda mitad de los años 90, ha sido la principal causa de la caída en desuso de estas estructuras. En 2006 se registraron más líneas de telefonía móvil que habitantes, y actualmente el ratio es de 117,4 líneas móviles por cada 100 habitantes (55,64 millones de conexiones), cifra que representa un récord histórico, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ( CNMC).

La autoridad reguladora ha recomendado previamente, en diferentes informes, la retirada de la obligatoriedad de este servicio ya que se ha verificado un abandono progresivo de su uso. Según los datos del Eurobarómetro de 2014, más del 88% de la población reconoció que nunca había utilizado cabina. Además, la CNMC advirtió del alto costo de su mantenimiento dentro del servicio universal. En uno de sus informes relacionado con este tema, el regulador precisó que en 2016 el coste neto del servicio universal relacionado con las cabinas fue de 4,5 millones de euros, aunque en los últimos años el coste ha rondado los dos millones.

La eliminación de estas infraestructuras se ha llevado a cabo en otros mercados europeos. Francia, Bélgica, Dinamarca y Estonia han ido eliminando el elemento del servicio universal del automóvil, según datos de la propia CNMC.

La última adjudicación tuvo lugar hace dos años, en diciembre de 2019, cuando en gran parte del sector estaba previsto su abolición, aunque dos años después caducará el 31 de diciembre. Telefónica ha sido la principal responsable de la universalidad servicio en su conjunto, aunque la regulación ha obligado a otros operadores a financiar parte del coste en los últimos años.

El servicio universal incluido en la anterior Ley de Telecomunicaciones, garantizaba que todos los ciudadanos tuvieran acceso a una serie de servicios independientemente de su ubicación geográfica, con una calidad específica y a un precio asequible. Esto supuso que las poblaciones de más de 1.000 habitantes hasta el momento debían tener instalada al menos una cabaña y una adicional por cada 3.000 habitantes.

Además, en los últimos años, muchas cabañas han sido destruidas por actos vandálicos y robos, que las han dejado fuera de servicio hasta su posterior reparación. En algunas ciudades españolas, los ayuntamientos incluso han procedido a retirar las casetas que ya habían dejado de funcionar por actos vandálicos.

Evolución de los teléfonos públicos

Inversión. Durante los años 60 y 70, Telefónica invirtió fuertemente en ampliar el número de cabinas públicas urbanas e interurbanas, estableciendo call centers en playas y centros turísticos. El operador también instaló dispositivos en los refugios de espera del transporte público. A finales de 1972, hace casi medio siglo, el número de teléfonos públicos era de 133.296. A principios de este siglo, aún existían más de 60.000 teléfonos públicos.

Publicidad. En su evolución en el mobiliario ambientado en ciudades y pueblos, las cabinas telefónicas también se han utilizado como soporte de publicidad. Telefónica ha buscado formas de rentabilizar estos activos, dada la mencionada caída en su uso.

Competencia. Telefónica ha sido el principal gestor de stands a lo largo de su historia. Sin embargo, la compañía también ha tenido competidores en este segmento, quienes, en algún momento, han llegado a tener una presencia significativa. Por ejemplo, la empresa valenciana Comytel contaba con varios miles de teléfonos públicos en toda España a finales del año 2000.

Idiomas. En 1985, con la implantación de la imagen corporativa, Telefónica renovó la señalización de las casetas públicas, incorporando los idiomas de las distintas comunidades autónomas.

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