Suecia evita una segunda ola de coronavirus sin apenas restricciones



La segunda ola de coronavirus afecta ya en mayor o menor medida a todos los países europeos, incluyendo los nórdicos, salvo uno: Suecia. El país ha llevado desde el inicio de la pandemia una estrategia muy distinta a la del resto, y el próximo 1 de octubre levantará las pocas medidas restrictivas que había implantado, como la prohibición de visitar las residencias o los límites a las reuniones de más de 50 personas.

El jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia, Anders Tegnell, es la persona detrás de esta estrategia, más laxa que otros países nórdicos vecinos y polémica, especialmente en los momentos de mayor incidencia de la pandemia, ya que las cifras de contagios y mortalidad eran superiores a las de otros países de la región que sí habían adoptado medidas.

A diferencia de sus vecinos, las autoridades sanitarias suecas no han emitido ninguna recomendación respecto al uso de mascarillas y han favorecido siempre las llamadas a la responsabilidad individual en lugar de dictar restricciones. «Se trata de decirle a la gente que debe mantener la distancia social, lavarse las manos con frecuencia, estar en casa y aislarse si se encuentra mal. Cuando el Gobierno lanzó esas recomendaciones a mediados de marzo, el número de infecciones por contacto cayó un 70%«, sostiene el epidemiólogo sueco Johan Giesecke, de la misma línea que Tegnell.

Según Giesecke, Suecia no ha tenido la necesidad de introducir «leyes de emergencia» porque la «gente ha seguido haciéndolo» y, en realidad, «lo bueno» es que «no hemos cambiado nada en seis meses, mientras que otros países han activado y desactivado confinamientos y restricciones».

Desde el inicio de la pandemia se verificaron en Suecia más de 90.000 infecciones con la SARS-CoV-2, mientras que el número de víctimas mortales supera las 5.800. No obstante, el número de infecciones diarias continúa siendo bajo y esa segunda ola que ya ha entrado de lleno en Europa parece pasar de largo, por ahora, en Suecia, recuerda ABC.

Aunque la cifra de fallecidos es significativamente más alta que la de otros países que sí aplicaron medidas en su momento, como Dinamarca —con más de 640 muertos y 26.000 contagios—, Tegnell mantiene la misma estrategia y se resiste a cambiarla, si bien esta semana reconocía un empeoramiento en la capital, Estocolmo, y ha aseverado que si la tendencia persiste habrá que pensar en «restricciones locales» para la ciudad.



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