Shakira alega que su presencia en España fue “esporádica” hasta 2015 | Economía


Shakira y Gerard Piqué, en un partido de tenis en Madrid en noviembre de 2019.Cordon

Shakira apura sus opciones para evitar un juicio por seis delitos fiscales. La cantante sostiene que, hasta 2015, su residencia fiscal estaba en Bahamas y, por lo tanto, no debía pagar IRPF. Un informe presentado por su defensa, al que ha accedido EL PAÍS, señala que en los tres años anteriores (por los que le acusa la fiscalía) su presencia en España fue “esporádica”. Esa hipótesis, sin embargo, ha sido rebatida este mismo jueves por un perito de Hacienda que ha confirmado, ante el juez que investiga el caso, los indicios de fraude fiscal.

La fiscalía acusa a Isabel Mebarak -su nombre real- de defraudar 14,5 millones de euros al ocultar su patrimonio mediante un entramado de empresas en paraísos fiscales. Hacienda considera que, desde 2012 -dos años después de iniciar una relación sentimental con el defensa del Barça Gerard Piqué- a Shakira se le debe considerar residente en España porque pasó al menos la mitad del año más un día aquí. Es cierto que durante todo ese tiempo viajó por medio mundo para cumplir con sus compromisos artísticos, pero fueron “ausencias esporádicas”: a todos los efectos, sostiene la Agencia Tributaria, vivía en Barcelona.

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En su declaración como investigada, Shakira se ciñó al guion previsto por su defensa y aseguró que durante esos tres años residió en Bahamas, donde tenía una vivienda que había compartido con su expareja Antonio de la Rúa. Se definió entonces como una “nómada sin raíces”. Su defensa sigue aferrándose a esa hipótesis pese a que ha sido desmentida por los técnicos de Hacienda: no hay ni una sola prueba de que, a partir de 2012, pasara un solo día en el archipiélago. La defensa insiste en que la colombiana disponía de un certificado de residencia expedido por las autoridades de Bahamas, donde no se paga impuesto sobre la renta.

“Lo que importa no es tanto la residencia en Bahamas, sino si Shakira puede considerarse residente fiscal en España”, concede el informe elaborado para la defensa por dos catedráticos de derecho financiero y tributario. Porque la verdadera pelea de Shakira está en otro lugar: es una pelea por el calendario. La cantante trata de discutir los días vividos en España. Es cierto que Hacienda no ha sido capaz de lograr “pruebas directas” (facturas en establecimientos comerciales, rastreo de redes sociales, uso de tarjetas de crédito) de que pasara aquí los 183 días requeridos: se ha quedado en 117 para 2012, 118 para 2013 -cuando nació su primer hijo en Barcelona- y 131 para 2014. Dispone, sin embargo, de pruebas indirectas y considera, como ha expuesto el perito, que sus giras y conciertos no eran más que “ausencias esporádicas” porque el lugar al que regresaba después de trabajar era España.

Los catedráticos que han elaborado el informe para Shakira arguyen que esas ausencias esporádicas solo sirven para un contribuyente del que, con anterioridad, se ha probado su residencia española. “Lo que hay en España durante esos años son presencias esporádicas y nunca permanencia”, insiste el documento, incluso aunque se considere a la cantante un “viajero fiscal”. Uno de los expertos contratados por Shakira ha prestado declaración al mismo tiempo que el perito de Hacienda, que ha rebatido todas sus tesis.

La defensa trata de jugar sus bazas. Insiste en que el proceso penal “no es la sede adecuada” para resolver las diferencias con Hacienda, porque las reglas de residencia son “abiertas, confusas e indeterminadas”. La batalla es sobre los días, pero también sobre las horas. El informe pide que no se contabilicen como días completos las jornadas en las que Shakira solo pasó unas horas en territorio español. Pero el perito ha desmontado también esa idea, y ha señalado que deben sumarse los días completos en los dos países. El problema de Shakira es que, sin haber pisado Bahamas en todo ese tiempo -no ha aportado un billete de avión que lo demuestre- no existe país de referencia al que puedan sumarse esas jornadas.

Planteada la batalla del calendario, corresponde ahora al juez de instrucción de Esplugues de Llobregat (Barcelona) decidir si envía el caso a juicio. Shakira, que ya ha devuelto la cuota supuestamente defraudada a Hacienda, se verá entonces ante la tesitura de afrontar una vista oral que la expondrá públicamente y que puede poner en riesgo incluso su libertad: la fiscalía le acusa de seis delitos fiscales por los impuestos de IRPF y patrimonio de esos tres años. Otra vía que puede explorar es un pacto con la fiscalía por la que, a cambio de una rebaja sustancial de la pena, acepte los hechos y el pago de la multa correspondiente. Por ahora, Shakira sigue en la lucha. A través de un comunicado, sus representantes han insistido en que el proceso aún está “en fase de instrucción” y ha mostrado su disposición a colaborar para solucionar lo que considera una mera “diferencia de criterio”.



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