Seis meses de cárcel o 2.500 euros de multa por organizar fiestas en Irlanda durante el confinamiento por la Covid


A partir del próximo jueves, las fiestas en domicilios particulares en Irlanda se convertirán en un acto ilegal, con una pena de seis meses de cárcel y de hasta 2.500 euros, con el fin de frenar la pandemia de Covid-19.

Este miércoles, el Gobierno de Dublín ha presentado un proyecto de ley que prevé ser respaldado por la Cámara baja y al que la oposición ha brindado su apoyo, tras decretarse, el pasado lunes, la alerta máxima del plan contra el coronavirus.

Hasta el momento y desde el comienzo de la pandemia, todas las restricciones impuestas en Irlanda han sido voluntarias. Sin embargo, el Ejecutivo ha entendido estas medidas como insuficientes y, por lo mismo, ha endurecido su posición para frenar la segunda ola.

Así, la primera infracción por organizar una fiesta en casa durante la alerta máxima se castigará con una multa de hasta 1.000 euros o una pena de cárcel que no exceda los tres meses, o ambas. Por la segunda infracción, la multa puede subir hasta los 1.500 euros o un máximo de tres meses de cárcel, mientras que para las siguientes ofensas se impondrían hasta 2.500 euros o hasta seis meses en prisión. 

De esta forma, todo aquel que ocupe de la casa donde se celebre una fiesta ilegal será considerado como el «organizador u organizadores del evento». A su vez, aquellos que estén en camino a una celebración de este tipo o estén ya en ella y se nieguen a abandonar la zona «de manera pacífica», serán castigados con una multa de hasta 1.000 euros o un mes en la cárcel.

La nueva ley también contempla «multas fijas» de 500 euros para los que violen otras restricciones como negarse a llevar la mascarilla en el transporte público y comercios, o superar el límite de cinco kilómetros de distancia impuesto en el confinamiento. Aunque, dentro de esa zona la ciudadanía puede realizar ejercicio físico y reunirse con miembros de otra unidad familiar, pero solo puede abandonarla para trabajar, estudiar o por «otros propósitos esenciales».



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