Rusia detiene a la doctora de Navalni, que exigió ver al opositor preocupada por el rápido deterioro de su salud


Anastasia Vasilyeva, doctora personal del opositor ruso Alexéi Navalni y jefa del sindicato médico Doctor’s Alliance, ha sido detenida junto a un número indeterminado de manifestantes que protestaban frente a la colonia penal N2 de Pokrov (Rusia) donde Navalni permanece encarcelado desde el pasado 11 de marzo, según ha informado la agencia AFP.

Doctor’s Alliance había hecho un llamamiento a congregarse frente a la prisión para pedir que Navalni reciba cuidados médicos adecuados tras conocerse a última hora del lunes que el opositor se encuentra ingresado en la enfermería con un cuadro febril y síntomas de enfermedad respiratoria.

Horas antes, en las redes sociales del líder opositor, que se encuentra en huelga de hambre desde el pasado día 31 para exigir atención médica cualificada para tratarse de un fuerte dolor de espalda, se informó de que Navalni tenía 38,1 grados de temperatura y una fuerte tos.

El Kremlin rehusó comentar la información sobre el traslado del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, a la enfermería de la cárcel donde cumple dos años y medio de condena, pero aseguró que no se le privará del derecho a tratamiento médico si se confirma que está enfermo.

«Si realmente se trata de una enfermedad, se garantizará el tratamiento adecuado», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.

Peskov indicó que no se puede hablar de la creación de unas «condiciones especiales para alguno de los reclusos», pero añadió que «hay unas normas establecidas, incluidas las que guían el trato con los que han enfermado».

Condiciones inhumanas

Navalni, de 44 años, se encuentra desde el pasado 11 de marzo en el centro penitenciario número 2 de la región de Vladímir, a unos 100 kilómetros a este de Moscú, que él calificó de «campo de concentración».

El opositor fue condenado a 3 años y medio de cárcel por un antiguo caso de estafa y lavado de dinero, pero cumplirá sólo dos años y medio, ya que se le descuentan los diez meses que pasó en arresto domiciliario y el tiempo que estuvo en prisión preventiva desde su detención el 17 de enero a su regreso de Alemania.

Navalvi, al que sistema penitenciario ha catalogado como «recluso propenso a la fuga», es despertado cada hora durante las noches para controlarlo, medida que los defensores de los derechos humanos denuncian como tortura. El Kremlin ha desestimado las denuncias al defender estos métodos como necesarios para «preservar el orden y la disciplina» en los centros de reclusión.

La condena de Navalni, que estuvo a punto de morir en agosto pasado al ser envenenado con una sustancia tóxica de uso militar durante un viaje a Siberia, provocó a finales de enero multitudinarias protestas en todo el país, en las que fueron detenidas miles de personas. El líder opositor ha acusado al presidente ruso, Vladímir Putin, de haber ordenado su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).



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