Quién fue Alicia de Battenberg, madre del príncipe Felipe, duque de Edimburgo y consorte de la reina Isabel II


Nació en 1885 en el Castillo de Windsor (Reino Unido) y fue nieta de la reina Victoria, aunque pasó una gran parte de su vida alejada de la realeza. Alicia de Battenberg, conocida como la princesa de Grecia y Dinamarca tras contraer matrimonio con príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca en 1903, es uno de los personajes más queridos de la monarquía británica. 

Sin embargo, para muchas personas era realmente desconocida. Un misterio que la popular serie The Crown ha tratado de relatar recuperando su figura histórica. 

Madre del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, la princesa Alicia tuvo que hacer frente a complejas dificultades a lo largo de su vida desde que era pequeña. Padeció sordera congénita y su infancia se desarrolló en diferentes destinos, debido al trabajo de su padre como oficial naval, como Alemania o Inglaterra.

Boda real, exilio e internada en un psiquiátrico

Tras casarse con el príncipe Andres en 1903, la pareja trasladó su residencia a Grecia. Sin embargo, los obstáculos llegarían pronto a la familia cuando en 1922 tuvieron que exiliarse tras la derrota griega en la guerra greco-turca. En aquel momento, el príncipe Felipe apenas tenía 18 meses cuando zarparon en un barco inglés. La familia fue desestructurándose poco a poco y Felipe, el único hijo varón y el menor de otras cuatro hermanas, fue educado en internados.

Pero, sin duda, uno de los acontecimientos que marcó para siempre la vida de la Alicia de Battenberg fue cuando le diagnosticaron esquizofrenia en el año 1930 y tuvo que ser internada en Suiza, separándose así de su esposo y del resto de la familia. 

Allí estuvo dos años en contra de su propia voluntad e incluso fue tratada por Sigmund Freud. Tal y como explican en la BBC, el fundador del psicoanálisis consideró que sus crisis nerviosas y alucinaciones «eran resultado de una frustración sexual y recomendó que aplicaran electrochoques y rayos X en los ovarios para adelantar la menopausia y apagar la libido». 

La princesa defendía su cordura, pero «estuvo recluida en el sanatorio dos años, un período que tendría un enorme peso en su vida posterior, física y emocionalmente». 

Una vida dedicada a la caridad

Pasado este tiempo, Alicia de Battenberg se dedicó profundamente al trabajo social y a la caridad, sobre todo en Atenas (Grecia). Allí estuvo durante la Segunda Guerra Mundial para tratar de auxiliar a los refugiados judios e incluso fundó su propia orden religiosa ortodoxa: la hermandad de Marta y María.

Tras la caída del rey Constantino II de Grecia y el estallido de un golpe de Estado que impuso un régimen militar en el año 1967, la princesa se trasladó a vivir al Palacio de Buckingham invitada por su hijo y por la reina Isabel II. Dos años más tarde, en 1969, falleció debido a las complicaciones de su salud. Aunque en un primer momento fue enterrada en la cripta real del castillo de Windsor, finalmente sus restos fueron trasladados a la iglesia de Santa María Magdalena en el monte de los Olivos en Jerusalén.



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