París no se confina como Madrid pese a la «alerta máxima» pero cierra los bares y gimnasios y limita el acceso a restaurantes y universidades


Los bares de París cerrarán a partir de este martes por el estado de alerta máxima provocado por la pandemia de coronavirus, al mismo tiempo que se recortará a la mitad la asistencia a las universidades y se aplicarán restricciones en los restaurantes, según han anunciado las autoridades.

La capital francesa y tres departamentos de sus alrededores fueron declarados en estado de alerta máxima por la expansión del coronavirus debido al elevado nivel de incidencia de la pandemia y la presión hospitalaria.

«Estamos en una nueva etapa. Tenemos que estar a la altura del desafío», ha afirmado el prefecto de policía de París, Didier Lallement, en la conferencia de prensa en la que se se han anunciado las nuevas medidas, que tendrán una vigencia mínima de dos semanas.

Incidencia de 260 contagios por 100.000 habitantes

Este nivel de alerta máxima llega porque la tasa de incidencia del coronavirus en la región de París es de 260 nuevos contagios por 100.000 habitantes desde el 28 de septiembre, y además un 36% de las camas de cuidados intensivos de los hospitales de la zona están ocupadas por pacientes de COVID-19. Además, en la región hay 203 focos de contagio de la enfermedad. 

Las medidas anunciadas incluyen el cierre completo de los bares, mientras que los restaurantes podrán continuar abiertos bajo el «estricto cumplimiento» de un nuevo protocolo sanitario que se va a detallar durante esta jornada. Las universidades restringirán la asistencia física a sus clases en un 50%, aunque las autoridades reconocen que el contagio entre estudiantes no se produce dentro de las aulas, sino en contactos sociales.

También cerrarán gimnasios y piscinas (salvo para actividades escolares), se prohíben todas las actividades en carpas, y las bodas se limitarán estrictamente al enlace, sin convite posterior. Los comercios limitarán la asistencia a un cliente por cada cuatro metros cuadrados de superficie, a fin de garantizar la continuación de la actividad económica.

Todas estas medidas dan a las autoridades «nuevas armas» para continuar la lucha contra el coronavirus, según Lallement, quien recordó que desde hace un mes también es obligatorio el uso de la mascarilla. «Estamos en una nueva etapa. Tenemos que estar a la altura del desafío», recalcó.

Por otra parte, el Gobierno también urgió a empresas y trabajadores a recurrir al teletrabajo en las zonas de Francia más afectadas «siempre que sea posible», según dijo la ministra de Trabajo, Elisabeth Borne, en un comunicado.



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