no quiere ponerse las vacunas de la UE… y aboga por la Sputnik


Hungría es un verso suelto o una china en el zapato de la UE. Como se quiera ver, pero eso es una realidad. Con el coronavirus no iba a ser menos. Y es que el país que gobierna con puño de hierro Viktor Orbán se ha salido, de nuevo, de la línea de la Unión y apostará por la vacuna rusa Sputnik, frente a las opciones con las que ha firmado contratos la Unión. Esto, además, cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que el país es una exrepública soviética. Se independizó de la URSS el 23 de octubre de 1989 y desde entonces intensificó los contactos con el club europeo. Contactos ahora más erosionados que nunca, en todo caso.

Hungría, en cierto modo, sigue los pasos marcados por el Reino Unido, que también empezará a vacunar «en las próximas semanas». Por poner un poco de contexto: el Reino Unido sigue bajo la legislación de la UE hasta el 1 de enero y puede vacunar porque la Directiva 2001/83/CE sobre medicamentos de uso humano permite que cualquier Estado miembro se pueda «anticipar» en una situación excepcional. A esa directiva también se agarra Orbán.

Hungría forma parte de la UE desde el 1 de mayo de 2004, y se ha convertido en el malo de la clase. No hay frentes que no haya abierto el Gobierno ultraderechista de un Orbán que ha intensificado sus mensajes euroescépticos en los últimos años. El Presupuesto de la UE y los fondos de recuperación, vetados por ellos -y por Polonia- son una gota más en un vaso que está a punto de desbordarse. El asunto de la vacuna solo hace que añadirse a ese tira y afloja.

Hungría no quiere que las ayudas se vinculen al cumplimiento con el estado de derecho. Mientras, el reloj corre, y las salidas empiezan a presentarse. «Si el bloqueo continúa, el fondo de recuperación podría acordarse en el marco de un acuerdo intergubernamental o de una cooperación reforzada con arreglo a las normas de la UE», comentan fuentes consultadas por 20minutos. Esto se haría, eso sí, «dejando fuera a Hungría y Polonia». Hay que aclarar, eso sí, que el mecanismo del Estado de Derecho sí se seguiría aplicando a ambos, pues abarca otros elementos y no solo el fondo o el Marco Financiero Plurianual.

Sigue vigente también la -remota- posibilidad del artículo 7. Quimérica, en todo caso. No tiene más recorrido porque exige unanimidad (salvo el Estado propuesto para sanción) y «entre ellos se van a proteger siempre», según explican las fuentes. Eso sí, ambos Estados miembros han sido amenazados ya con este procedimiento.



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