«No más jodidos confinamientos, dejemos que los cuerpos se apilen por miles»


El Gobierno británico ha negado este lunes que el primer ministro, Boris Johnson, dijera durante una reunión en octubre de 2020 que prefería ver «cuerpos apilados `por miles» que decretar el tercer confinamiento en el Reino Unido que, finalmente, impuso en enero. «No más jodidos confinamientos, dejemos que los cuerpos se apilen por miles» («no more fucking lockdowns – let the bodies pile high in their thousands», literalmente en inglés), dijo Johnson, según reveló este lunes el diario británico The Daily Mail

Un portavoz de Downing Street ha asegurado que «es mentira» que Johnson hiciera esta afirmación, después de que citado diario británico haya publicado detalles de esa presunta conversación con varios ministros, citando fuentes internas. 

De acuerdo con el periódico, el líder conservador expresó con ese exabrupto su frustración cuando sus colegas y los asesores médicos le convencieron para decretar un segundo confinamiento el pasado noviembre. Al acceder a esa demanda, según las fuentes espetó que en el futuro prefería que hubiera «cuerpos apilados a miles» que decretar un tercer encierro, que finalmente acabó imponiendo el pasado enero y que sigue aún parcialmente vigente

Según otros medios locales, estas declaraciones sí se realizaron. ITV informa que los comentarios de «dejar que los cuerpos se amontonen» se gritaron desde una oficina en Downing Street después de una reunión con ministros, en lugar de durante la reunión. Según fuentes de The Guardian, que corroboran estas palabras, los comentarios fueron escuchados por un pequeño número de personas fuera de la oficina de Johnson. Otra fuente de The Guardian, que no escuchó los comentarios directamente, señala que hubo «comentarios» sobre las polémicas supuestas palabras de Johnson en Downing Street el año pasado, aunque la frase que la fuente recuerda expresamente era «no más jodidos encierros … sin importar las consecuencias».

La noticia sobre la presunta actitud de Johnson ante la pandemia se suma a numerosas críticas en su contra en los últimos días por supuestos casos de corrupción y amiguismo en el Gobierno. El jefe del Ejecutivo ha sido acusado de tratar en un principio de pagar la reforma de su apartamento oficial en Londres con dinero no declarado de simpatizantes del Partido Conservador y de conceder contratos públicos y dar trato de favor a empresarios y políticos afines, todo lo cual él niega. 

Paralelamente, el Partido Laborista, primero de la oposición, ha pedido que el propio Johnson comparezca cuanto antes ante la Cámara de los Comunes para responder a las alegaciones de corrupción en su contra. 

Reforma de Downing Street

El secretario de la Oficina del Gabinete del Gobierno británico, Simon Case, el funcionario de más rango en Downing Street, no ha negado que el primer ministro, Boris Johnson, usara inicialmente donativos no declarados de simpatizantes del Partido Conservador para hacer reformas en su apartamento oficial en Londres.

En una comparecencia parlamentaria, Case admitió este lunes que hace un año, antes de que él asumiera el cargo, hubo conversaciones en el Gobierno a fin de crear una fundación benéfica para velar por el complejo de edificios de Downing Street, donde están la vivienda y despacho oficiales del primer ministro, si bien no llegó a constituirse porque el entramado legal era «complicado»

El alto funcionario confirmó que el lord conservador David Brownlow se preparaba para asumir el cargo de presidente de esa «Fundación de Downing Street» y había comenzado a buscar posibles miembros del consejo, y no negó que se hubieran hecho entonces aportaciones económicas. 

Según la normativa, la Oficina del Gabinete paga por el mantenimiento de las instalaciones oficiales del «premier» mientras que cada titular recibe una dotación de unas 30.000 libras (34.500 euros) para redecorar la residencia, de manera que, si los gastos son superiores, debe pagarlos de su bolsillo. 

Boris Johnson está siendo cuestionado después de que la prensa y su ex asesor jefe, Dominic Cummings, revelaran que trató de emplear donaciones no declaradas de afiliados conservadores para redecorar el apartamento del número 11 de Downing Street, donde reside con su pareja, Carrie Symonds, y el hijo de ambos porque es más amplio que el legendario «número 10», donde está su despacho oficial. 

Aunque, de acuerdo con los medios, el líder «tory» habría devuelto después el presunto donativo, cifrado en unas 58.000 libras (67.000 euros), pudo violar la legislación de financiación de partidos, lo que debe examinar la Comisión Electoral. 

Cummings, cesado en noviembre por luchas de poder, reveló también que Johnson intentó frenar una investigación interna sobre quién del Gobierno había filtrado a los medios que impondría (en noviembre) un segundo confinamiento por la pandemia, al darse cuenta de que el culpable podía ser un amigo de su pareja, el asesor Henry Newman. 

En su intervención ante la comisión de Administración Pública y Asuntos Constitucionales, Case aseguró este lunes que esa pesquisa «sigue» en marcha cinco meses después y avisó de que es «poco probable» que se encuentre a los responsables.



Fuente