Miguel Ángel Félix Gallardo: El jefe de capos del narco mexicano lo niega todo


Después de 32 años tras las rejas, el que fue el primer gran narcotraficante en la historia de México ha decidido hablar. Miguel Ángel Félix Gallardo (Sinaloa, 76 años), quien cumple condena en un penal de máxima seguridad de Guadalajara por el brutal asesinato en 1985 del agente infiltrado de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) Enrique Kiki Camarena, se muestra ante las cámaras de la cadena estadounidense Telemundo como un hombre enfermo -en silla de ruedas, ciego de un ojo y sordo- que requiere un tanque de oxígeno para lidiar con una «neumonía grave» que asegura padecer. Una imagen deslucida de alguien que movió los hilos del narcotráfico en los ochenta y que convirtió el imperio criminal de las drogas en un negocio millonario que luego heredarían otros grandes capos, como Joaquín. El Chapo Guzman. Félix Gallardo niega todo lo que se le acusa – «No soy un hombre de armas» – y elogia al Gobierno de la Presidencia Andrés Manuel López Obrador.

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La entrevista se da a conocer un mes después de que se hiciera público que López Obrador planea un decreto presidencial para otorgar una amnistía a los presos mayores de 75 años y a los que padecen enfermedades crónicas y tienen más de 65 años. El mandatario explicó que serán los presos condenados por la jurisdicción común (no la federal, que condena los delitos de narcotráfico) y no incluirá a quienes hayan cometido delitos graves. No parece que sea el caso de una de las caras más visibles del narcotráfico mexicano.

Félix Gallardo fue detenido en abril de 1989 en una lujosa casa de Cosmos (Guadalajara). La persecución y captura de sus principales socios fundadores del todopoderoso cartel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero – liberado en 2013 y el hombre más buscado de la DEA– y Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, Tras la furia de la DEA por el secuestro, la tortura y el asesinato de Kiki Camarena, arrinconaron a su líder y volaron el viejo tablero de ajedrez criminal. «Con esto concluyó el modelo de cartel único con el que se inició la industria del narcotráfico en el país», escribió el periodista Diego Enrique Osorno en un reportaje de este diario.

A pesar de que el propio Osorno afirmó haber entrevistado a Félix Gallardo para su libro El Cartel de Sinaloa. Una historia del uso político del narco (2009) en el que explicó la relación entre políticos y narcotraficantes de la época – «Los narcotraficantes no estábamos en contra del Gobierno, éramos parte del Gobierno» -, en la entrevista con Telemundo, el narcotraficante rechaza cualquier vinculación con el negocio de la droga. Y su testimonio parece aferrarse al de un anciano, cansado y enfermo, que no comprende por qué lleva 32 años en prisión.

Captura de la entrevista «Jefe de jefes» de Telemundo. En video, el teaser de la entrevista.FOTO | VIDEO: TELEMUNDO

Respecto al asesinato de Camarena, señala: “Es un tema muy lamentable… no sé por qué es pariente mío, porque no lo conocía” y agrega: “No me arrepiento. Yo no participé en tal evento ”. Lo ocurrido en 1985 ya hizo las portadas e inspiró libros y guiones de Netflix, pero sigue siendo el origen de decisiones actuales, como la recompensa ofrecida por la DEA el año pasado de 20 millones de dólares por el paradero de Caro Quintero, mayor para un delincuente.

Camarena era un agente estadounidense que, infiltrado en el Cartel de Guadalajara, desmanteló una gigantesca plantación de marihuana, ubicada en el llamado rancho Búfalo. La versión oficial indica que, en represalia, los narcotraficantes lo asesinaron a él y al piloto con quien inspeccionaba los campos de droga, Alfredo Zavala. Sus cuerpos fueron encontrados, un mes después de ser secuestrados, en una zanja a 150 kilómetros de Guadalajara.. Los informes revelaron que habían sido brutalmente torturados.

Caro Quintero fue arrestado poco después en Costa Rica y el mayor de los socios, Don Neto, fue detenido ese mismo año. Ninguno de los dos se encuentra actualmente en prisión. Caro Quintero fue puesto en libertad por defecto formal de sentencia y mientras los jueces decidían, se fugó. Don Neto obtuvo la libertad condicional en 2017. Y el único que permanece tras las rejas es el jefe de jefes: «Todos los acusados ​​han sido liberados, excepto en mi caso», dice Félix Gallardo en la entrevista. a Telemundo. Fue sentenciado en 1989 a 40 años de prisión y le quedan ocho años.

El capo niega haber conocido a Caro Quintero y Fonseca Carrillo “en la calle” y señala: “Nunca hubo cárteles en Guadalajara. Llevamos una vida familiar. Traje a mis hijos a la escuela ”. Como ha sucedido con entrevistas anteriores a capos de la droga, como Caro Quintero o El Chapo cuando eran prófugos, Félix Gallardo insiste en que antes de ser preso se dedicó al campo: “Había estado en la agricultura y la ganadería desde niño . También tenía algunas farmacias y dos viejos hoteles ”.

En algunos momentos de la entrevista, se detiene para intentar comprender a la periodista Issa Osorio. «No puedo oír», reconoce. El capo llega a la entrevista en silla de ruedas, con el brazo izquierdo en cabestrillo y ciego de un ojo. «Mi salud es terrible», resume. “No tengo pronóstico de vida. Me seccionaron el estómago, me quitaron ocho hernias. Me privaron de mi vida, de mis oídos y, como ves, no puedo caminar ”, agrega. Y aunque el periodista le pregunta directamente si busca beneficiarse de la amnistía de López Obrador para los presos mayores de 75 años, el capo prefiere no ser tan obvio: “No busco eso. Sé que el presidente es un hombre de buena voluntad, que lucha contra la desigualdad social. Está dando pensiones, está dando muchas cosas y no me tomaría su tiempo. Soy un cadáver que no espera más que ser enterrado en la raíz de un árbol. No le estoy pidiendo nada al Señor. Al contrario, espero que le vaya bien ”, concluye.

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