Más de la mitad de los españoles no cree que todo el mundo tenga los mismos derechos frente al 30% en la UE



Uno de cada tres europeos no cree que todos disfruten de los mismos derechos. El 60% cree que los políticos no se preocupan por la gente. Y más de la mitad duda de la independencia de la Justicia. Cifras que reflejan una desconfianza en el sistema que crece cuanto peor es la situación socioeconómica de las personas.

Ese diagnóstico sobre la confianza en el sistema democrático y de derechos humanos se desprende de una encuesta realizada el año pasado entre 35.000 residentes en la Unión Europea y Macedonia y publicada este miércoles por la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la UE.

Aunque casi el 90% de los encuestados sigue pensando que los derechos humanos ayudan a crear sociedades más justas, la visión sobre quién, cómo y cuánto se disfruta de esos derechos es menos optimista, aunque varía mucho entre los diferentes países y, sobre todo, entre los ingresos, la educación y el estado de salud individual.

Más allá de que, por lo general, en los países más ricos haya más gente que cree que todo el mundo disfruta por igual de los mismos derechos, el estudio refleja una brecha cuando se compara la situación socioeconómica de los encuestados.

«Vemos diferencias en términos de la capacidad de la gente de llegar a final de mes o de la educación. La gente que tiene dificultad con sus ingresos a menudo tiene muchas más reservas sobre que las cosas funcionan de forma igualitaria y sobre que todo el mundo tiene el mismo acceso a los derechos», explica a Efe Sami Nevala, uno de los expertos de la FRA y autor del informe.

Así, hasta el 41% de quienes afirman tener graves dificultades para llegar a final de mes rechaza el enunciado de «Todo el mundo disfruta los mismos derechos humanos básicos», frente a la respuesta negativa del 25% de quienes pagan sus facturas sin problemas.

Los desempleados, quienes tienen solo estudios básicos, las personas con discapacidad y las mujeres tienen una visión más negativa sobre la igualdad de derechos.

En España, el 55% de los encuestados niega que todo el mundo disfrute de los mismos derechos, muy por encima del 30% de la media comunitaria que opina así.

Al ser el primer estudio de este tipo, la FRA no puede comparar datos ni evaluar si, por ejemplo, el impacto de la crisis económica de 2008 ha contribuido a esa pérdida de confianza en el sistema por parte de los más vulnerables.

Pero Nevala sí reconoce que esos datos son preocupantes en el contexto de la actual crisis derivada de la pandemia de coronavirus.

«Por supuesto, eso es muy preocupante en este momento en el que vemos que mucha gente tiene pérdidas de ingresos y están afrontando el desempleo. Es muy preocupante en el clima actual», señala el experto.

Otra de las preguntas que refleja que mucha gente siente que el sistema les está abandonado es la que plantea: «Los partidos y los políticos convencionales no se preocupan de gente como yo«.

El 73% de quienes tienen muchos problemas para llegar a fin de mes, y el 63% de quienes tienen algunas dificultades, están de acuerdo con ese enunciado, frente a sólo el 45% de quienes no pasan esos apuros económicos.

«El informe muestra que hay gente en la sociedad que siente que se les está dejando atrás en términos de acceso igualitario a sus derechos», resume Nevala, quien advierte de que si no se pone remedio, esa situación «puede tener graves consecuencias».

Bajo el nombre «Qué significan los derechos fundamentales para la gente en la UE», el estudio analiza también la actitud y la percepción de quienes viven en Europa sobre la corrupción, la independencia de la justicia o la importancia de la democracia.

Sólo el 40% de quienes viven en la UE opinan que los jueces actúan siempre o la mayoría del tiempo libres de la influencia de los gobiernos. Por contra quienes opinan que no lo hacen nunca o solo «algunas veces» suman el 56%.

Mientras que esa desconfianza en la Justicia llega hasta el 75% de los encuestados en Croacia, el 71 en Eslovaquia o el 69 en Bulgaria, los daneses, finlandeses y portugueses son los menos escépticos con la independencia de los jueces. De nuevo, a mejor situación socioeconómica mayor es la confianza en el sistema.

Respecto a la corrupción, el 63% de los europeos (el 61% en el caso de España) cree que la posibilidad de ser contratado o tener un ascenso aumenta si uno es miembro del partido político en el poder, en un abanico que va desde el 92% de quienes así lo creen en Croacia, al 18% en Dinamarca o Holanda.

Una media del 64% rechaza como inaceptable hacer regalos o favores a funcionarios públicos para acelerar trámites burocráticos o recibir mejores servicios.

El grado de tolerancia con esa práctica es, aunque con excepciones como Francia, generalmente mayor entre países del Este que en Europa Occidental. En España, sólo el 23 % ve aceptable ese tipo de comportamientos.



Fuente