Más de 50.000 niños se ausentan de las clases en Países Bajos por miedo al coronavirus



Países Bajos completó esta semana la vuelta a las clases con la reapertura de colegios en regiones del sur, aunque se estima que hasta un 2 % de los estudiantes, unos 50.000 niños, aún no asisten físicamente a la escuela debido a los riesgos para su propia salud o de algún familiar y por miedo al contagio.

Según una investigación publicada por la organización educativa Ouders & Onderwijs, la mayoría de los padres, un 61 %, estiman que el riesgo de contagio en la escuela es bajo, frente al otro extremo, un 11 %, que tiene preocupaciones serias porque creen que el peligro es «demasiado grande».

La directora de la organización, Marieke Boon, explicó que hay una «gran diferencia» en cómo las escuelas enfocan la educación y tratan a los niños que son un grupo de riesgo a la COVID-19.

Algunas «cooperan bien y son creativas con la educación en casa o con medidas para que los niños puedan volver a la escuela de una manera más adaptada», pero otras «están estancadas en esta cuestión o no quieren dedicar esfuerzos a esto».

El ministro de Educación Primaria y Secundaria, Arie Slob, explicó que tiene intención de «evitar el cierre» de todas las escuelas a nivel nacional en caso de una nueva ola de coronavirus y aseguró que se enfocará en cerrar escuelas a nivel local o regional, si es necesario, o «tomando medidas adicionales en algunos lugares».

La vuelta a clase en Países Bajos comenzó sin una guía clara de las medidas que se deben aplicar, lo que llevó a varios colegios a exigir el uso de mascarillas en las clases o solo en los pasillos.

Otras siguen la política nacional, que descarta el uso de esta medida, porque el Gobierno central considera que «las mascarillas no aportan un valor añadido, no son necesarias«, aunque los alumnos tampoco tienen que mantener la distancia social.

Una de las principales preocupaciones entre los expertos son los sistemas de ventilación obsoletos con los que cuentan los edificios escolares holandeses, por lo que muchas aulas mantienen puertas y ventanas abiertas para que circule el aire, a la espera de ajustar su problemas de ventilación y mejorar la calidad del aire de cara al otoño e invierno.



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